Otros beneficios que brinda la chía son la desintoxicación del organismo, la reducción de la ansiedad, el control del colesterol y los triglicéridos, además de prevenir el envejecimiento prematuro, fortalecer los músculos y prevenir la diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Si te cuesta incluir la Chía en tu dieta o como componente de recetas, existe la posibilidad de comerla en forma de gel.
Al mezclar la semilla de chía con agua, se forma una especie de gel o jalea, que es una reacción presente en las fibras solubles. Esta pequeña mezcla provoca un retraso en el vaciado gástrico, provocando una sensación de saciedad. Además, este gel ayuda en el funcionamiento del intestino y previene el estreñimiento.
Lo ideal, a la hora de consumir la chía de esta forma, es dejar una cucharada de la semilla “remojada” en un vaso con al menos 60 ml de agua durante unos 30 minutos. Y no esperes demasiado para consumirlo. No se recomienda almacenar la mezcla.
Otra opción de consumo es la harina de Chía, que se elabora moliendo la semilla y retiene todos los nutrientes en el grano. Esta harina puede ser parte de tus recetas de masas para pasteles, tartas, panes, etc, o incluso para poner encima de frutas y yogures. Al reemplazar la harina de trigo por harina de Chía, se agregan varios nutrientes a la dieta.
Un consejo valioso es agregar la semilla en jugos o batidos. Así, se aprovechan los nutrientes de los frutos y se incluye una buena cantidad de nutrientes. La chía también potencia el efecto antioxidante de las frutas, lo que ayuda a combatir el envejecimiento y prevenir el cáncer.
Los nutricionistas recomiendan que la ración diaria sea de 25 gramos, lo que equivale a una cuchara de postre. Ojo si la cantidad supera esta, ya que la chía es muy calórica.
También presta atención a cómo consumes las semillas. Como tiene una función de absorción de agua, Chia puede expandir el peso hasta 7 veces. Esto puede ocurrir, principalmente, cuando se ingiere la semilla seca y, poco después, se toma agua. De esta forma, el grano puede expandirse y colapsar en el esófago, impidiendo que el cuerpo ingiera ningún líquido o incluso alimento, en cuyo caso, ni siquiera se ingiere saliva. Se recomienda nunca consumir Chía seca.
Además, las personas diabéticas, hipotensas e hipertensas deben extremar las precauciones, sobre todo si están medicadas, ya que la chía acaba teniendo el mismo efecto que los medicamentos.
Texto escrito por Gabrielle Carreira del equipo Eu Sem Fronteiras.
