La glándula tiroides se encuentra en el cuello, justo debajo de la nuez de Adán, y se encarga de regular el funcionamiento de varios órganos del cuerpo, como el corazón, el cerebro, el hÃgado y los riñones, a través de la liberación de hormonas. La glándula desempeña un papel en el crecimiento, la regulación del peso y la altura, la memoria, el ciclo menstrual y la fertilidad, sin mencionar la regulación del estado de ánimo y la estabilidad emocional.
Las disfunciones de la tiroides pueden ocurrir a cualquier edad y suelen ser fáciles de detectar y, con seguimiento médico y nutricional, pueden regularse y controlarse con tranquilidad.
Algunas de las irregularidades más conocidas de la glándula tiroides se derivan de la producción descompensada de hormonas. Si las sustancias se producen en exceso, provocan hipertiroidismo. En este caso, también es común que la glándula aumente de volumen, un fenómeno llamado bocio. Por otro lado, algunas personas sufren de producción insuficiente de hormonas, una condición llamada hipotiroidismo.
Además, también hay muchos casos de nódulos en esta glándula. Según datos de la Sociedad Española de EndocrinologÃa y MetabologÃa, alrededor del 60% de la población española presenta nódulos tiroideos, y más del 90% de los casos son tumores benignos.
La causa de la mayorÃa de los nódulos o cambios hormonales está relacionada con el envejecimiento de la glándula y procesos orgánicos y genéticos de la tiroides. Sin embargo, la cantidad de yodo ingerida también puede influir en las irregularidades.
En el caso del hipotiroidismo (es decir, cuando la cantidad de hormonas producidas está por debajo de lo normal), la enfermedad puede surgir por una falta severa de yodo en la dieta. Este es el tipo más común de disfunción de la hormona tiroidea, que aparece en una de cada 10 mujeres mayores de 65 años, según el Thyroid Institute. En el caso del hipertiroidismo (es decir, cuando hay un exceso de producción de hormonas), el consumo excesivo de yodo puede provocar la enfermedad.
Como la deficiencia de yodo puede desencadenar la producción de hormonas tiroideas, una ley ya incorporó una determinada cantidad del nutriente en la sal de mesa que se comercializaba en España hace unos años. Este ya fue el primer paso hacia un cambio de hábitos a nivel nacional, pero es válido que todos traten de mantener una dieta balanceada, prestando atención al consumo de yodo y nutrientes como zinc, selenio y omega-3, para que la incidencia de problemas en la tiroides continúa disminuyendo.
Por supuesto, el seguimiento médico y nutricional en casos de enfermedad tiroidea es muy importante, pero, a continuación, enumeramos algunos alimentos y nutrientes que pueden ayudar en la regulación y control de la glándula para pacientes con el tipo de disfunción más común, el hipotiroidismo.
- Aceite de pescado: Al igual que las algas, el aceite de pescado es rico en yodo. Pescados como el salmón, las sardinas y el atún son los más indicados en estos casos, y el consumo recomendado es de 120 gramos, tres veces por semana.
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Algas marinas: Estas son fuentes ricas en yodo y tienen una cantidad significativa de selenio, ambos nutrientes esenciales para la producción de hormonas.
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Nuez de Brasil: Esta semilla oleaginosa es rica en selenio y omega-3 y ayuda en la producción de hormona tiroidea. Algunos nutricionistas recomiendan el consumo de dos a tres frutos secos al dÃa, los cuales se pueden comer triturados en ensaladas, frutas u otras preparaciones diferentes a tu elección.
- Quinua: Este alimento es una gran fuente de calcio, hierro, magnesio, potasio, zinc y selenio. Unas dos cucharadas a la semana son suficientes para una dieta equilibrada.
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Leche y derivados: La leche y sus derivados son ricos en calcio, vitamina D, A y yodo, algunos de los principales nutrientes para la función tiroidea.
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Yema de huevo: La yema, a pesar de tener una cantidad no tan alta de yodo, es rica en vitamina A, que también es importante para la producción de hormonas tiroideas.
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Carne roja: Las carnes rojas son ricas en zinc y selenio, que ayudan con la producción de hormonas. Pero, como contiene cantidades considerables de grasas saturadas, debe consumirse con moderación. Lo ideal es comer tres filetes medianos por semana.
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Agua: Finalmente, el agua es uno de los elementos más importantes para la regulación y buen funcionamiento del organismo. El consumo diario de unos 2 litros ayuda al metabolismo, ayuda a eliminar la hinchazón, la retención de lÃquidos y también facilita la digestión y combate el estreñimiento.
Escrito por Giovanna Frugis del equipo Eu Sem Fronteiras.
