En la medicina popular, el ajo se usa para la disenterÃa, para ayudar al sistema circulatorio, para las infecciones de oÃdo, para combatir hongos e incluso para heridas y mordeduras de serpientes. En la antigüedad, los franceses bebÃan la verdura con vino para protegerse de las plagas. Y más recientemente, se ha utilizado contra Salmonella, ya que tiene amplias propiedades antisépticas y antimicrobianas.
El ajo también tiene propiedades anticoagulantes, previniendo enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares. Además, los estudios afirman que la verdura tiene propiedades anticancerÃgenas, especialmente contra el cáncer de piel, próstata y colon. Para quienes tienen úlceras estomacales, el ajo es un gran remedio alternativo, ayudando incluso a combatir complicaciones como el cáncer en este órgano. Los estudios también señalan que el ajo es excelente para reducir el colesterol LDL (malo) y aumentar el colesterol HDL (bueno), lo que ayuda aún más a la salud del corazón. Para quienes están resfriados, el ajo es un gran remedio, ya que tiene mucha vitamina C y propiedades antivirales y antibacterianas.
Además de darle un sabor muy especial a los alimentos, cuando se usa para sazonar carnes, por ejemplo, ayuda a combatir los quÃmicos cancerÃgenos presentes en este tipo de alimentos.
Pero para obtener todos los beneficios del ajo, es necesario comer al menos 4 g de ajo fresco (crudo) al dÃa o 4-7 g de ajo en cápsulas, ya que pierde muchas propiedades cuando se calienta. Puede encontrar ajo en varios medicamentos en las farmacias, ya que Anvisa (Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria) permitió a los laboratorios registrar el ajo como un producto a base de hierbas. Pero cuidado: estos productos deben tener de 3 a 5 miligramos de alicina para tener el efecto esperado.
Tabla nutricional de 100 g de ajo fresco:
– EnergÃa: 113 kcal;
– ProteÃna: 7 g;
– Calcio: 14 mg;
- Carbohidrato: 23,9 g;
– Potasio: 535 mg;
– Grasa: 0,2 g;
– Fósforo: 14 mg;
– Fibras: 4,3 g;
– Alicina: 225 mg.
Cuidado
El consumo excesivo de ajo puede causar irritabilidad emocional y también sensibilizar el estómago y los riñones. Además, las mujeres embarazadas y lactantes deben evitar altas dosis de la verdura. Al tener altas dosis de azufre, el ajo puede causar dermatitis y colitis, destruyendo la flora natural del intestino.
¿Cómo usarlo?
Agua de ajo: ayuda a limpiar los intestinos y a reducir el colesterol
Poner 1 diente de ajo machacado en 10ml de agua y dejar reposar toda la noche. Esta mezcla debe consumirse con el estómago vacÃo.
Té de Ajo: Combate el Colesterol y Problemas CardÃacos
Añadir 1 diente de ajo picado por cada 200ml de agua hirviendo. Deja que hierva de 5 a 10 minutos. Beber mientras aún está caliente. Si es necesario, agregue jengibre, limón o miel para realzar el sabor del té.
Escrito por Gabrielle Career del Team Me Without Borders.