¡Respeta tu cuerpo!
Esta es una premisa “básica” de lo que llamamos alimentación intuitiva, que no es más que un enfoque que prioriza al sujeto en sintonía con su cuerpo, su mente, sus emociones y su alimentación. Vemos aquí también una forma de conocerte a ti mismo basada en la intuición sobre la alimentación, escuchando tu propio cuerpo y fisiología, aportando una mayor percepción de ti mismo y de tu sentir. Es una propuesta de “dieta antirrestrictiva” que nos permite vernos con más delicadeza y compasión. ¡La alimentación intuitiva tiene que ver con el CUIDADO PERSONAL!
Para entender el “llamado” de nuestro organismo no hace falta ser licenciado en Medicina o Nutrición, ni haber realizado cursos de Ayurveda o Medicina China, aunque creo que vale la pena adquirir conocimientos. De hecho, hay una inteligencia natural, latente, que clama ser escuchada con los oídos de la intuición. Escuchar el cuerpo es un ejercicio, o más bien una sabiduría milenaria, olvidada en la cultura occidental. Necesitamos rescatar este “lenguaje” para hacer las paces con nuestro cuerpo y con nosotros mismos.
Los recursos de que dispone nuestro organismo para ello son divinamente extraordinarios. Tiene la capacidad de darnos alertas de qué, cuándo y qué hacer. Intrínsecamente, el cuerpo dicta sabiamente la cantidad y el tipo de alimentos necesarios para ser ingeridos para mantenerse en armonía, en buen y perfecto funcionamiento.
No podemos negar que las influencias socioculturales, psicológicas, históricas y genéticas contribuyen fuertemente a nuestra forma de comer. Puedo estar equivocado, pero alucino cuando digo que el llamado “estándar de belleza” es un factor primordial en toda esta enfermedad, que nos vimos obligados a olvidar nuestras premisas básicas: qué es y la importancia de la energía vital, cuerpo escucha, lectura corporal y reconocimiento de emociones. ¡Liberarte de esta atadura es como una convocatoria a tu mejor versión!
Vamos los tips para que vuelvas a conectar contigo?
- ¡La comida nunca ha sido y nunca será tu enemigo! Entiende la comida como tu fuente de energía vital, ya que es el combustible de tu cuerpo físico y mental. Dejar ir el sentido de lo permitido y lo prohibido es ideal para que puedas hacer las paces con la comida y con tu cuerpo;
- Note los signos de hambre. ¿Conoces esa sensación de "estómago vacío"? Bueno, esta es una señal de tu cuerpo pidiendo energía para seguir trabajando de la mejor y más alta manera. ¡Escuchen!;
- Tus emociones no quieren comida, quieren comprensión. Así como la cerveza no es una medicina, el azúcar no es un consuelo. Así que busca ayuda terapéutica para desarrollar la inteligencia emocional;
- ¡Todo alimento es alimento! Hay alimentos que generan salud y alimentos que generan enfermedades, eso lo sabemos. ¡No se culpe por comer comida rápida o abusar de una cena familiar! Disfruta el momento con consciencia para evitar exageraciones y futuras compulsiones. El día no termina hoy, hay mañana;
- La alimentación consciente puede resultar agonizante en los primeros días, algo común en cualquier desarrollo de hábitos. Para ponértelo más fácil, ritualiza tus comidas, por ejemplo: poner la mesa, rezar una oración, etc.;
- Honra tu salud siendo amable contigo mismo. En una sociedad que niega el yo, que se “alimenta” de nuestras inseguridades, amar y ser verdadero es, de hecho, ¡un acto revolucionario! ¡Créelo!
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Espero que este artículo pueda contribuir y brindarte reflexión, consuelo y coraje para que replantees tu patrón de conducta alimentaria. Que estés abierto a aprender una nueva mirada y comprender el verdadero significado de la comida.
