Ahhh… es otoño!

    Soy una de esas personas que aman el sol y todas las estaciones en las que prevalece.

    Me gusta la playa y el calor. ¡Ver el sol brillar transforma mi día, literalmente! Seguro que me alimenta la vitamina D, esa que solo el sol nos puede proporcionar de forma natural!

    Así que cuando llega el otoño ya me da esa sensación de que me falta algo, me da una añoranza natural por el verano y todas sus posibilidades.


    ¿Has notado que cuando comienza el otoño y los días vuelven a acortarse, tendemos a retirarnos más al calor de nuestros hogares? Es común que abandonemos las actividades físicas y salgamos solo a lugares más cerrados y cálidos. como ganar (o recuperar) esos kilos de más debido a los alimentos de invierno llenos de calor y calorías, ¡pero aún irresistibles!


    Pero este año, a pesar de todo lo comentado, el otoño, el frío y los días más grises traen una invitación muy especial... ¡Es el momento de la bienvenida! Un momento ideal para que te acojas, te conozcas, te observes, te respetes… Aprovecha esta invitación a callarte y hacer un análisis de tus propósitos, de tus pasos, de tus anhelos.

    Así como los árboles usan el otoño para mudar sus hojas, preparándose durante mucho tiempo para el renacimiento de la primavera, que sepamos apreciar las oportunidades que la vida nos brinda para reducir la velocidad por unos momentos y mirar las necesidades de nuestro cuerpo y alma.

    Ahhh… es otoño!

    ¡Sí, de nuestra alma también! Porque cuando escuchamos las necesidades de nuestro cuerpo y respetamos nuestros límites, automáticamente estamos cuidando nuestra alma, liberándola de todo exceso, de toda mala energía y de todo desgaste innecesario.



    Observa la naturaleza, toda su inteligencia y enseñanzas. Muchos árboles pierden sus hojas en otoño mientras que muchos animales almacenan alimento para el invierno, es decir, el ciclo de la vida lleva años mostrándonos que T_U_D_O tener una razon!

    Entonces, que disfrutes de tu otoño interior para reflexionar, recalcular la ruta e inflar las llantas. ¡Que te des cuenta de que este momento de la naturaleza es más que lucir ropa de invierno y sumergirte en sopas, quesos y chocolates, por maravillosos que sean!

    ¡Deja que las hojas viejas que ya no encajan caigan, deshazte de las viejas creencias y prepárate para un nuevo mundo por venir! Pero mientras no llega, ¡disfruta del primero de los mejores otoños de tu vida!



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