- La muerte es temida por nosotros y el miedo, la inseguridad y el apego nacen de este sentimiento. Por lo tanto, entender que existir y morir son parte del proceso de constante transformación que conforma la vida es una forma de enfrentar mejor los ciclos de la existencia y de: ¡Muerte en nuestra vida!
Cuando somos más jóvenes, no nos damos cuenta de lo natural que es la muerte.
¡Hasta que un día, ella viene a nuestro encuentro, quitándonos a los que amamos!Cuando se trata de ser parte de nuestra existencia, lidiar y vivir con ella es doloroso, pero al mismo tiempo es un control de la realidad.
Pasamos mucho tiempo hablando con la tristeza en momentos de duelo y nostalgia, y nos revela muchas cosas.
Todo lo que no entendíamos antes de que la tristeza tocara a nuestra puerta, lo llegamos a comprender.
Lo que parecía tan importante, pierde importancia y lo que no valoramos lo empezamos a valorar.
Cada momento que antes era rutinario se vuelve único.
Cada día se convierte en una gracia y un don, incluso ante las dificultades.
Cada emoción, sentimiento y pensamiento no pasa desapercibido y nos dice algo sobre nosotros mismos.
¡Los recuerdos de los que se fueron y se han ido, se convierten en tesoros preciosos guardados en el cofre, de valor infinito, que es nuestro corazón!
¡La muerte nos despierta para vivir con lucidez y urgencia la vida que somos!Estamos de paso, los que han pasado por nuestras vidas y han dejado viva su presencia, en la memoria de nuestra alma.
El significado de cada momento está ligado a vivirlo con presencia y gratitud.
La temida muerte nos recuerda la necesidad de vivir cada momento, por ordinario que sea, como único. ¡Marcará la diferencia el día en que aquellos a quienes amamos se vayan o incluso después de que nos vayamos!
La muerte es la llama de la transformación, en la que el plomo de nuestros apegos, miedos, futilidad, materialismo, egoísmo, arrogancia, vanidad, se derrite para emerger el oro de la comprensión.
Morir no implica sólo la cuestión física.
Al vivir, morimos todos los días.
¡Lo que fuimos, murió para nacer lo que somos hoy!
¡Lo que somos hoy puede morir para nacer lo que seremos!
La vida y la muerte son compañeras inseparables.
Maestros que nos enseñan que la existencia es fugaz, pero vivir con PRESENCIA es nuestra conexión con ETERNO!
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