Te despiertas, vas a trabajar, te enfrentas al tráfico, llegas al trabajo, realizas tus tareas, almuerzas, trabajas un poco más, te vas, te enfrentas a más tráfico, estudias, vas a casa, cuidas de la familia, tienes compromisos, te encuentras con amigos, citas y un monton de cosas mas...
Hasta ahí todo bien, ya que vivimos en sociedad es natural que tengamos innumerables tareas todos los días.
Pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar en ti? ¿Te hace bien todo lo que está pasando? ¿Hay algo que te gustaría que fuera diferente?
Creo que la respuesta a algunas de estas preguntas es sí. Que también es natural. Somos seres en constante evolución y cambio y tenemos que buscar siempre lo mejor para nuestra vida y la de las personas que amamos.
Pero muchas veces corremos tanto para cumplir horarios, metas y compromisos que terminamos “encendiendo en automático” nuestra vida. Cuando te das cuenta de que estás haciendo las cosas mecánicamente, entonces es hora de repensar tus conceptos.
Por lo tanto, aquí hay algunos pasos que pueden ayudarte a tener un control total sobre ti mismo:
ser dueño de tu mente
El primer paso hacia la victoria en nuestras vidas es convertirnos en maestros de nuestras mentes. Todo comienza con la mente.
El educador y filósofo Josei Toda dijo una vez: “Nuestro cerebro está formado por alrededor de 86 mil millones de células diminutas llamadas neuronas. Se conectan entre sí, formando una red neuronal. En cada conexión de nuestro cerebro se registra un pensamiento, que a su vez conforman nuestra realidad, pues conectan pensamientos, palabras y acciones para construir conceptos. Estos conceptos provocan reacciones en forma de nuevos pensamientos, nuevas palabras y acciones.
Una persona registró negativamente la experiencia del desamor. Cuando se desencadena nuevamente el sentimiento de amor, hace asociaciones, revive pensamientos, ideas y sensaciones del pasado, a partir de sus vivencias.
Por lo tanto, el cerebro crea conexiones y reacciones idénticas a lo que ya ha ocurrido, modificando su cuerpo y entorno de acuerdo con el pasado. La persona siempre reacciona de la misma manera ante situaciones que podría afrontar de mejor manera. Así que empieza hablando contigo mismo, dispuesto a cambiar tu realidad para mejor, incluso si las experiencias pasadas pueden no haber sido tan buenas. Cree en ti mismo y en tu inteligencia emocional. Tu mente, como los músculos de tu cuerpo, estarán “calibrados” para ganar todos los días.
Oración
Cuando oramos, movemos las fuerzas del universo a nuestro favor. La oración tiene el poder de conectar con nuestro yo, de reflexionar y manifestar sabiduría en momentos difíciles. 
El pacifista Dr. Ikeda dice de la oración: “La oración es la energía de la vida, impregna todo el universo y se convierte en la fuerza motriz del cambio”.
Así que sea cual sea tu creencia, reza. Haz que el poder inherente que tienes se manifieste en tu vida a través de las oraciones. A veces nos quedamos sin ideas o nos encontramos tristes, desanimados. La oración es un momento en que mi vida se fusiona con la maravilla de las energías positivas del universo. La estrategia de oración es un gran comienzo para lograr que tu mente y tu cuerpo estén en armonía.
tomar acción
Ghandi dijo:
La felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía.
Tomar acción puede no ser muy fácil al principio, pero cuando nuestra mente está condicionada para ganar en todo, cuando oramos y recargamos nuestras energías, tomar acción se convierte en una parte natural y resultante de nuestras oraciones y pensamientos. Como señaló Gandhi, tienes que estar en armonía con lo que quieres, orar hasta conseguirlo y actuar de acuerdo a tus metas, porque de nada sirve orar y pensar cuando tus acciones no concuerdan con lo que crees.
Sé dueño de tu mente, ora y actúa para que tu vida esté siempre en tus manos. Los desafíos sirven para hacerte una persona más fuerte, amable y sabia. Usa estos tres elementos a tu favor y seguramente lograrás el éxito. siempre.
- Escrito por Bruno Melo del equipo Eu Sem Fronteiras.
