Se estima que 1.700 inmigrantes y refugiados murieron el año pasado. El problema radica en la forma en que intentan salir de sus países de origen. En general, ponen verdaderas fortunas y todo lo que poseen en manos de traficantes de personas y cruzan el Mediterráneo a bordo de embarcaciones sumamente precarias, peligrosas y superpobladas.
Todos los días algunos inmigrantes son rescatados por barcos comerciales y barcos costeros. Recientemente, Europa ha vuelto impenetrables sus fronteras. Fueron cerrados en un intento de evitar su paso y entrada ilegal, y las dificultades y riesgos son muchas para llegar a un lugar seguro donde puedan restablecer sus vidas.
La mayoría de los refugiados provienen de Afganistán, Siria, Irak y Sudán. La mayoría de estas personas fueron perseguidas, torturadas y amenazadas de muerte si decidían quedarse en sus tierras.
Podemos decir que este es un escenario completamente complejo. Es una cuestión de derechos humanos y humanitario ayudar a estas personas que tanto necesitan cuidados. Sería necesario que los países más ricos adoptaran juntos una política que garantizara una solución efectiva para refugiados e inmigrantes. Además, para salvar la mayor cantidad de vidas posible, los países de Europa tendrían que lanzar una operación ahora para salvar a los que intentan cruzar el mar.
Es importante ser consciente de que estos refugiados no dejarán de salir de sus países de origen para escapar de la pobreza y toda la persecución a la que se enfrentan. A estas personas se les debe dar oportunidades de una vida digna.
Las vidas de estas personas están llenas de sufrimiento y dolor. Las duras condiciones y el instinto de supervivencia hacen que estos inmigrantes atraviesen situaciones de carencia en todos los ámbitos, colocándose en zonas de peligro, corriendo el riesgo de enfermarse, pasar hambre y contraer traumas difíciles de superar.
Texto escrito por Flávia Faria del Equipo Eu Sem Fronteiras.
