Ecológico: ¿qué es?

Buscar una vida más sana y consciente ha sido la elección de muchas personas. Además, las empresas buscan crear una relación más fiel con los consumidores, mostrando su responsabilidad socioambiental. Y este es el concepto de eco-friendly: tanto la empresa como el consumidor están comprometidos con su entorno.

En el momento actual, donde podemos ver un consumo desenfrenado de personas y grandes empresas lucrando por detrás, es hora de que el consumidor analice cómo va su relación con el consumismo y cómo es posible iniciar una toma de conciencia.



¿Realmente necesitamos tanto?

Ecológico: ¿qué es?

El consumidor ecológico es aquel que quiere consumir de forma más responsable. Eso empieza a cuestionar de dónde vienen los productos que compra, cómo se producen, qué mano de obra se utiliza e incluso qué recursos se extraen de la naturaleza para fabricarlos.

No es precisamente un “consumidor verde”, pero todas las actitudes, tanto en el día a día como en la compra, caracterizarán a esta persona eco-friendly. Presta atención a lo que compra y sabe que es una tarea diaria.

Después de todo, ¿cuánto necesitamos realmente para sobrevivir? ¿Cuánto estamos pensando en la materia prima extraída de la naturaleza para fabricar lo que nos satisface? ¿Realmente usas todo lo que compras? Son preguntas que apuntan a la reflexión.

Cómo convertirse en un consumidor ecológico

Si estás pensando en convertirte en un consumidor ecológico, aquí tienes algunos consejos:

  • Reutilizar: empieza a reutilizar las cosas que tienes en casa. En lugar de simplemente comprar algo nuevamente, vea si puede arreglarlo y arreglarlo. No hace falta que nos pongamos de moda de tener todo lo que nos muestra un comercial de televisión. ¡Créeme, podemos ser felices sin consumir todo lo que intentan vendernos! Recuerda: ¡menos es más!
  • intercambio: empezar a ir a ferias solidarias, tiendas de segunda mano, participar en ferias de intercambio. ¿Podría algo que ya no usas ser útil para otra persona? Cámbiate de ropa con amigos. Dona lo que ya no necesites.
  • Compra en tu propia ciudad: ¿Cuántas cosas compramos importadas, sin dejar oportunidad para el comercio local? Acude a ferias, infórmate, aprende sobre la producción. Estará ayudando a desarrollar la producción local y no solo las grandes empresas.
  • Opta por lo orgánico: Incluso puede ser más caro, pero es bueno para la salud. Tal vez lo que ahorras ahora lo gastes más mañana en las farmacias. Piensa si realmente vale la pena comprar cosas industrializadas. Opta por alimentos y productos orgánicos.
  • Hazlo tu mismo: nos acostumbramos a subcontratar todo en nuestra vida. Has pensado sobre eso? ¿Cuándo fue la última vez que cocinaste? ¿Quién hizo su propio plato? Estamos dejando todo para que otros lo hagan. En lugar de comprar una blusa confeccionada, ¿quizás personalizar la tuya? ¿Y ese tocador que querías comprar? ¿Es posible hacer uno o reciclar el viejo? ¿El juguete de tu hijo? Inventar y hacerlo juntos. Sentirás el placer de lo que es hacer las cosas tú mismo.
  • Presta atención a los materiales que compras. Comienza a mirar el empaque. Conozca un poco más sobre las empresas que fabrican el producto que compra. ¿Qué hacen por el entorno social? ¿Te preocupas o no?

Ser eco-amigable no es ser lo aburrido, sino poder identificar que somos seres que necesitamos de la naturaleza. Y, mucho más allá de lo material, ¡está la materia viva que demanda nuestra atención! Entonces, ¡sé consciente!



Texto escrito por Angélica Fabiane Weise del Equipo Eu Sem Fronteiras.

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