Por diversas razones, culturales, sociales, religiosas entre otras, formar un vínculo duradero con otra persona, mejor conocido como matrimonio, se ha convertido en estos días casi en una obsesión.
Muchas personas nos buscan porque están solas, buscando este vínculo, buscando al otro, ¡llamado por ellos amor! Este es un proceso que provoca angustia, tristeza, desilusión. Plantea muchas preguntas que causan dolor.
Otro tema, además del anterior, es la duda de las personas que ya han encontrado al otro. Estos entran en un gran conflicto porque no están seguros de que lo que sienten sea realmente amor.
Son dos preguntas que muestran las dos caras de una misma moneda. Solo con estas dos preguntas ya puedes ver que este amor, es realmente complicado!
Pero, después de todo, ¿qué es el amor? ¿Quién se atreve a definirlo?
Bueno, no me arriesgo, porque una cosa que he aprendido es que todos aman la forma en que saben y la forma en que pueden hacerlo. ¡No puedes dar lo que no tienes! Somos diferentes y no tenemos las mismas cosas para dar.
No hay bien y mal cuando se trata de amor. Lo que existe es lo que la pareja acuerda, lo que entienden como justo y, sobre todo, bueno para los dos. Pero para esta comprensión necesitamos un punto de partida.
La definición sería este punto de partida, pero como nadie se arriesga, diré que necesitamos tres estructuras básicas para el apoyo saludable de este vínculo.
Ellos son:
- Amistad;
– Sexo;
– Admiración.
No exactamente en ese orden, y además sin mayor peso para uno u otro. Los tres necesitan estar presentes, porque si uno de ellos falta, la relación pierde el equilibrio inicialmente logrado por la pasión. Pero como todos sabemos la pasión es el combustible inicial, sería el encendido del motor.
Y el resto del viaje, ¿cómo proceder? ¡Para continuar una relación, necesita lo que me gusta llamar un "trípode de apoyo"! ¡Alimentar la amistad día tras día, construir el sexo día tras día y tener motivos para admirarnos todos los días será la receta del éxito de un gran amor!
