Con el avance de la medicina en el que la prolongación de la vida está alcanzando niveles nunca antes vistos en la historia, un tabú permanece hasta el día de hoy: ¿cómo definir la muerte de una persona? En la conversación popular, una respuesta común a esta pregunta es doble, por lo general: el corazón de la persona se detuvo o tenía "muerte cerebral". Aunque estas respuestas muchas veces se toman como verdades absolutas, casos registrados recientemente pueden traer la necesidad de revisar este concepto de muerte.
El tiempo de 20 minutos en que el corazón de un individuo se detiene, imposibilitando que el cerebro reciba oxígeno, suele ser el plazo para definir la muerte del paciente. El caso es que algunos casos de medicina publicados recientemente muestran que la delimitación entre la vida y la muerte no es tan fácil de definir como se imaginaba hasta entonces, es decir, hay relatos de pacientes que permanecieron más de cuatro horas sin latir y fueron reanimado sin ningún daño cerebral.
Según el profesor Sam Parnia, director de investigación en reanimación de la Universidad de Stony Brook en Nueva York (EE. UU.), el cerebro entra en una especie de “hibernación” después de que el corazón se detiene. Es como si el cerebro se protegiera de la muerte y, para lograr esa actividad, redujera al máximo sus acciones, a la espera de mejores condiciones para reactivarse, explica Parnia.
Para que el cuerpo “vuelva a la vida” sin secuelas después del período de 20 minutos, Parnia señala que son necesarias técnicas de reanimación adecuadas para que el cuerpo pueda volver a la normalidad después de que el corazón reanude sus latidos. Por ejemplo, realizar la aplicación del proceso tras bajar la temperatura corporal del paciente para que el cerebro retome sus funciones de forma lenta y paulatina, evitando que se colapse en un intento de volver a funcionar.
Tal vez incluso un exitoso trasplante de cerebro, un sueño narrado en los libros de ciencia ficción y que actualmente se baraja, según las últimas revistas científicas médicas. Al mismo tiempo que hay que soñar con nuevos descubrimientos, también es necesario reflexionar sobre si la medicina debe tener como objetivo principal ofrecer calidad de vida a las personas o centrarse en prolongarla.
- Artículo escrito por Diego Rennan del Team Eu Sem Fronteiras.
