¿Sabes lo que es el altruismo? Según el diccionario Michaelis, esta palabra es el antónimo de egoísmo y, además, significa amor espontáneo al prójimo; desinterés, filantropía y proximidad. Ahora, ¿recuerdas cuándo fue la última vez que practicaste el altruismo? Hoy en día, donde la prisa es tanta que casi no hay tiempo para hacer el bien por nosotros mismos, imagina hacerlo por el prójimo, ¿no? Pero no te preocupes. Esto puede parecer difícil, pero, además de posible, también es más saludable de lo que crees.
Todo comienza con “gracias”, “buenos días”, “buenas tardes” o “buenas noches” (dado con alegría, por supuesto). Créeme, este ya es el primer paso para hacer que tanto el día tuyo como el de tu prójimo sean más ligeros. Entiende una cosa: no vivimos en una burbuja. Hay millones de personas en el mundo y entender que nuestro prójimo es un hermano, en lugar de un competidor o un cero a la izquierda, es algo muy bueno.
Es como si cada uno de nosotros fuera un eslabón en una cadena. Cada parte necesita a la otra. Y si te sientes más fuerte, ayuda a los más débiles. Él te necesita, y cuando esté fortalecido, ayudará al otro eslabón más débil hasta formar una gran cadena de bien.
Escucho a mucha gente decir que la sociedad es corrupta, principalmente debido a políticos corruptos. Bien, entonces, ¿qué tal comenzar a hacer algo para cambiar esa imagen? No dependa del gobierno o de terceros para esto. Como dijo una vez el activista indio Mahatma Gandhi: Sé el cambio que quieres ver en el mundo.
¿Conoces esa ropa que ya no usas y acumulas en tu guardarropa? Entonces, dona a alguna institución que ayude a personas necesitadas, por ejemplo. El invierno está aquí, y es entonces cuando esa manta que sobra en tu casa puede salvar a alguien de morir congelado. ¿Conoces a ese vagabundo que está ahí en la acera de tu trabajo? Así que cómprale una lonchera al menos un día a la semana. Y estos son solo algunos ejemplos de altruismo.
Y la ayuda puede no ser siempre material. Cuántas veces sospechamos que una persona cercana a nosotros no está bien y, por miedo a no saber qué decir o por vergüenza, nos omitimos. Una simple palabra, un abrazo o un gesto pueden prevenir lo peor y cambiar por completo el día de alguien para bien.
Nadie llega solo a ningún lado. Todo ser humano necesita a su prójimo. Puede que hasta sea un cliché, pero la unión hace la fuerza y es mucho mejor construir puentes que muros entre nosotros.
Texto escrito por Diego Rennan del Equipo Eu Sem Fronteiras
