La idea de salud holística engloba una variedad de factores que contribuyen al buen funcionamiento del organismo. Sabemos que no solo tenemos este cuerpo físico, sino que estamos formados por varios "capas" (o aspectos), que constituyen los “cuerpos sutiles”: emocional, mental y espiritual.
En definitiva, la salud también depende de otros aspectos, como la susceptibilidad genética y la exposición a patógenos y contaminantes. Todos estos factores hay que tenerlos en cuenta a la hora de cuidar nuestro bienestar, uno complementa al otro. Los buenos hábitos, la persistencia y la disciplina son pilares importantes para fortalecer nuestra salud. La dieta debe ser analizada con mucho cuidado y atención, ya que de la comida derivamos nuestro “combustible” para vivir.
Esto implica una profunda modificación de viejos hábitos, transformando por completo –con un adecuado seguimiento médico y nutricional– nuestro estilo de vida.
Este cambio no se hace de manera abrupta, requiere mucho esfuerzo y atención. Pero tampoco debemos culparnos si a veces fallamos; solo recuerda siempre que buscamos mejorar nuestra calidad de vida.
Por supuesto, la dieta por sí sola no puede “curar” una enfermedad.
La comida tampoco es un sustituto de la medicación recomendada por los médicos. Ningún alimento (o grupo de alimentos) debe comerse a expensas de otros; se debe seguir un seguimiento médico.
En los intestinos, el agua y los nutrientes son absorbidos por el cuerpo y lo que no se utiliza – y tambien las toxinas – se desecha con las heces. Varios estudios señalan al intestino como un importante órgano endocrino que ayuda en la producción de hormonas y neurotransmisores que influyen en el funcionamiento de todo el cuerpo, así como en la salud mental. Es por esta razón que el intestino ha sido llamado el "segundo cerebro".
Los intestinos ayudan a mantener bajo control las respuestas inmunitarias y la inflamación del cuerpo. Los estudiosos recomiendan comer alimentos antiinflamatorios como vegetales de hojas verdes, jengibre, ajo, aceite de pescado. Estos alimentos pueden ayudar a regular el sistema inmunológico. Los grandes villanos de la salud son el azúcar, seguido del alcohol y las frituras.
También conviene recordar que existen dosis recomendadas para la ingesta diaria de cada alimento, además de posibles daños colaterales e interacciones o efectos adversos atribuidos a cada uno.
Por ejemplo:
El aceite de pescado (ácidos grasos omega-3) es útil en el tratamiento de enfermedades inflamatorias (como la artritis); sin embargo, hay indicios de que las dosis altas pueden reducir la capacidad de coagulación de la sangre, hasta el punto de la hemorragia. Aunque esto rara vez ocurre, las personas que son propensas a sangrar o que sangran con facilidad deben buscar supervisión médica en todo momento.
Otro factor a considerar es la actividad física. La vida moderna ofrece muchas comodidades, pero nos volvemos dependientes de ellas y dejamos de hacer ejercicio. Con asesoramiento médico, podemos encontrar ejercicios adecuados a nuestras necesidades y capacidades. Los resultados beneficiosos se pueden sentir tan pronto como nos dediquemos a una rutina constante. Si no podemos permitirnos ir a un gimnasio, al menos podemos hacer estiramientos y caminatas simples, reduciendo el estrés y la ansiedad.
En el ámbito de la mente, podemos cultivar el hábito de la lectura, dejando de lado la televisión, internet y las redes sociales. La lectura estimula el pensamiento y la creatividad.
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En el ámbito de la espiritualidad, es posible practicar la oración, la gratitud y la meditación.
La práctica de Ho'ponopono, por ejemplo, es bastante poderosa; ejercitar la gratitud diariamente es una práctica beneficiosa, y no necesariamente depende de seguir tal o cual tradición religiosa.
Nuestros cuerpos son dinámicos y responden al entorno que nos rodea. Tienes que tener paciencia contigo mismo, ya que te propones adquirir hábitos saludables. El equilibrio es la clave para una vida plena. Escucha lo que dice tu cuerpo, respeta las señales que te da. Cada persona es única y no existe una fórmula que funcione para todos. El objetivo es encontrar un punto en el que nos sintamos completos y empoderados.
Referencias
https://www.tuasaude.com/funcao-do-intestino/
Alimentos – La mejor medicina para la buena salud – Jean Carper – Campus Editora – Río de Janeiro – 1995
La Enciclopedia de Vitaminas y Minerales – Sheldon Hendler – Campus Editora – Río de Janeiro – 1994
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