El budismo zen llegó a Japón alrededor del siglo XII, y con él llegó el “matcha”, que no es más que té verde en polvo. Los monjes bebían este té para mantenerse despiertos durante las meditaciones nocturnas. Con el tiempo, esta costumbre se convirtió en una filosofía de vida a través del “Chado”, que significa “Camino del Té”, concretado en el ritual “Chanoyu”, la famosa Ceremonia del Té.
En un principio, la práctica del Chado estaba dirigida únicamente a los hombres; recién a fines del siglo XIX se abrió el “Camino do Chá” a las mujeres. Un maestro de Urassenke introdujo y enseñó profundamente este arte a mujeres viudas y huérfanas de la Guerra Sino-Japonesa para que pudieran encontrar sustento y sobrevivir como maestras e instructoras de té. A partir de ese momento, las mujeres comenzaron a enseñar en templos y escuelas. En poco tiempo, Chado se hizo conocido por toda la sociedad.
El objetivo principal de este ritual es lograr la tranquilidad, la calma y la paz en una simple taza de té, y los maestros se dedican fielmente a difundir esta filosofía del té por todo Occidente. Según los maestros, el ritual de la Ceremonia del Té promueve una paz superior. Según Rikyiu, los principios fundamentales de la ceremonia del té son:
Harmonía
Antes del té, se le ofrece al huésped una comida acorde a la estación, pues la armonía es el resultado de la interacción de las personas, la comida servida y la naturaleza.
Respeto
El respeto es el principio que evidencia la sinceridad de un corazón. La relación humana reconoce que la naturaleza tiene dignidad e importancia, así como su propio ser.
Pureza
Según Rikyu, el acto de poner en orden el propio ser es fundamental, como lo son las mismas tareas que proporciona el servicio de té: limpiar y poner en orden. El acto de simplemente limpiar es la base para la organización.
Tranquilidade
¡La tranquilidad es la consecuencia de los 3 principios de la práctica diaria de la ceremonia y ciertamente el punto más alto de satisfacción!
¿Cuáles son los elementos necesarios para la ceremonia del té?
Hay cuatro elementos esenciales para preparar el té: un bol que tenga una boca ancha, 1/4 de taza de agua hervida a 70 grados, una cuchara pequeña de matcha tamizado y un chasen. Es común que las personas no cuenten con un batidor (chasen), así que sepa que es posible usar una mini batidora en su lugar, pero se recomienda que la preparación del mismo se haga en un vaso alto.
El té verde japonés (matcha) debe licuarse y mezclarse con agua caliente hasta obtener una espuma cremosa, lo que demora unos 20 segundos.
Si quieres saber cómo funciona una ceremonia del té, debes saber que en cada ritual hay elementos específicos elegidos cuidadosamente para que el sentimiento del anfitrión que conduce la ceremonia se transmita a los invitados. Tiene una duración de unas 4 horas y se realiza en 4 sesiones:
Primera sesión:
Cinco invitados se reúnen en una habitación, donde se sirve una comida llamada “kaiseki”. El anfitrión los lleva al salón de té, por un camino donde todos se lavan las manos y la boca en una palangana de piedra con agua. Como la entrada a la sala es pequeña, los invitados tienen que gatear, mostrando una gran humildad.
Al llegar a la sala, cada persona se arrodilla frente al “tokonoma” y se inclina. Luego, los invitados contemplan algunos objetos, se sientan al lado del anfitrión, intercambian saludos y luego se sirve el “kaiseki”, acompañado de dulces.
Segunda sesión:
Es el momento en que los invitados toman un descanso, conocido como “nakadachi”, en el que se reúnen en un jardín cercano a la habitación.
Tercera sesión:
Llamado “Goza-iri”, esta es la parte principal de la ceremonia, cuando se sirve el té. Un gong suena de cinco a siete veces para marcar el comienzo de la ceremonia. Los invitados repiten el ritual de purificación en el cuenco de piedra y entran en la habitación.
Luego de observar nuevamente algunos objetos específicos y admirar la belleza de lo simple, el anfitrión coloca 3 cáscaras de matcha para cada uno. Luego mezcla la bebida con un utensilio similar a una escoba pequeña, hasta que la consistencia del líquido se acerca a la de una sopa de guisantes.
Inclinándose de nuevo, el invitado sostiene el cuenco con la mano izquierda y sostiene un lado con la mano derecha. Mientras toma un sorbo, elogia su sabor y luego toma dos sorbos más. Limpie el lugar en el recipiente donde bebió con el "kaishi" y páselo al otro invitado, quien repetirá las acciones del invitado anterior. Cuando todos los invitados han terminado el ritual, se devuelve el cuenco al primero, quien se lo devuelve al anfitrión.
Cuarta sesión:
En la última fase, la ceremonia se realiza con “usucha”, preparada con diferentes plantas que propician una mezcla más espumosa. En esta ceremonia, el té se prepara individualmente para cada uno de los invitados, y cada uno debe beber su propia porción. Al final de la sesión, el anfitrión hace una reverencia, lo que indica que la ceremonia ha llegado a su fin.
Beneficios y lecciones aprendidas de la práctica de la Ceremonia del Té
Un té puede proporcionar diferentes sensaciones a las personas. Tiene un gran poder afectivo para promover encuentros y un poder sensorial que involucra los sentidos del cuerpo humano. Además de estos factores, acaba convirtiéndose en un medio de interacción entre culturas: cuando tomamos tés japoneses o indios, por ejemplo, conectamos automáticamente con la tradición y la cultura de estos países.
Este tipo de ritual promueve un camino de aprendizaje para una gran evolución espiritual. Participar en esta ceremonia hace que el individuo aprenda a analizar con más detalle lo que se le presenta, elevando su alma a lo que se hace y se propone.
En el ajetreo del día, hacemos actividades ordinarias sin prestarles atención. A menudo hacemos esto con el sabor de la comida. La prisa nos hace completar acciones simplemente por obligación o por rutina.
La ceremonia hace que cada ser que participa en ella se sienta especial y se acerque a los valores allí enseñados. La práctica tiene el poder de beneficiar a las personas por su sentido humanista, que fomenta la cercanía y cordialidad en sus rituales.
En España, prácticas escénicas como la Ceremonia del Té hacen comprender a los participantes su lugar en el mundo a partir de la paz interior. La unión y el autoconocimiento son grandes consecuencias de tomar tés específicos en rituales que aportan enriquecimiento cultural.
Como ya sabéis, cada sesión permite los sentimientos propuestos en los 4 principios del acto y hace de la ceremonia un momento de reflexión y conexión profunda con el lado espiritual de cada uno, así como de un grupo. La comunión con el Universo que se crea en el acto de dedicarse a este momento hace que el culto a la sencillez acentúe lo genuino de cada ser humano.
Rituales para practicar la ceremonia
Hay varias formas de realizar una ceremonia del té, que varían según la escuela de cada anfitrión. Puedes buscar una casa de té para hacer el ritual de forma original. Conoce un poco más sobre el “Sukiya”:
Casas de té (Sukiya)
Seguramente hay una casa de té en algún lugar de tu ciudad. Es muy probable que se encuentre en un lugar boscoso y cercano a la naturaleza. Las casas constan de un salón de té, llamado cha-shitsu (generalmente cerca de un jardín), una sala de preparación, llamada mizu-ya, una sala de espera, yoritsuki, y un sendero del jardín que llevará a los participantes a la entrada del casa, llamada roji. ¡Estas casas son fieles a las prácticas más antiguas y pueden brindarle una experiencia única!
¡Vale la pena enfatizar que debes vestirte discretamente para este ritual! Los hombres suelen llevar un kimono de seda, con medias blancas, mientras que las mujeres llevan un kimono blasonado. Lleve un abanico pequeño plegable y servilletas de papel pequeñas.
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Para darle un mejor "norte" sobre el ritual, en pocas palabras, sepa que debe comprender que la ceremonia del té consiste en calentar el agua y prepararla, y luego beberla correctamente.
Si quieres familiarizarte con la idea antes de dirigirte a una casa donde un anfitrión te recibirá con toda la hospitalidad que otorga la práctica, reúne a 4 amigos y practica preparar té con un propósito espiritual.
Sé receptivo e inclínate ante lo simple que existe en el mundo en el momento en que estés con ellos. Bebe el té con una intención de tranquilidad y eleva tu mente a lo más alto.
