mi SUEÑO no es mio

    Ni siquiera el sueño es mío, incluso el sueño me pasa de largo... 

    SÓLO DE ESTA MANERA podemos mirar la fuente, la rueda de la vida, el PROPÓSITO colectivo, de lo contrario, quedamos encerrados en nosotros mismos, inmaduros, infelices e incapaces de percibir la interconexión de todos los dones y talentos, la singularidad de cada uno y cómo UNIDOS formamos un sueño aún MÁS GRANDE.

    Incluso lo que pensamos que son nuestros sueños no son más que la forma en que el propósito SUPERIOR se hace realidad. Lo que hacemos es ceder, en ese sentido lo considero fundamental, todo nuestro trabajo es solo de limpieza. Somos conserjes.



    A medida que me limpio del pasado, las heridas, los resentimientos, las proyecciones, las neurosis, la ansiedad, el miedo al futuro, más puedo ser yo mismo; el altar de la vida.

    La actividad fundamental es cultivar la no identificación, limpiando siempre que sea necesario. ¿Y cuándo es necesario?

    Es necesario cuando la prosperidad, la abundancia, la dicha, el amor mismo no se va. Pero si estoy conectado con un propósito, todo se me pasa; amor, prosperidad y abundancia para alcanzar al otro. SIEMPRE es para el OTRO, nada es mío y, al mismo tiempo, tengo acceso a lo que necesito.

    somos dignos Por eso hago poco esfuerzo, cuando se hace una actividad genuina, genera cada vez más frutos y más expansión. La actividad genuina requiere valentía, ya que es el auténtico pedido de la vida misma para que seamos investigadores de nosotros mismos y con esto podamos, de hecho, honrarla.

    mi SUEÑO no es mio

    Cuando estamos conectados, la sincronicidad simplemente trabaja a nuestro favor. El universo nos da pistas abiertas de qué camino tomar. Solo observa.


    Si me esfuerzo demasiado, primero necesito mirar dentro, encontrar lo que es real, escuchar y preguntarle al universo qué necesito iluminar, y luego limpiar.


    La limpieza es la capacidad de saber que algo sufre, está pegado o pegado a sí mismo y cuidarlo para que vuelva a la armonía, como es la naturaleza original.

    Limpiar también se trata de la capacidad de ser objetivo y no perderse en juicios cargados de proyección de uno mismo y de los demás.

    Si no hacemos las paces con nuestras raíces, ¿cómo podemos soportar lo que el propósito quiere de nosotros? En mi percepción es imposible, porque el amor es inmenso, es grande, el mismo propósito colectivo nos ha traído al mundo a través de los portales femenino y masculino. Es “muy adentro” donde comienza nuestro trabajo, en el vientre de la madre.

    Sin embargo, el trabajo está hecho y de forma sencilla cuando lo contemplamos. Al mirar ya se da la transformación, ya se ilumina, no hay que escarbar, sólo estar atento, recuperando la compasión y la motivación con la paciencia y la humildad hacia uno mismo, cada vez que se tropieza, se atropella, se invade...



    estar al servicio de PROPÓSITO MAYOR es disolverse en el fluir, en el río, en el eterno movimiento, es alinearse con los portales, es caminar con fe y valentía.

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