Las enseñanzas de Patch Adams

Una vez más amor...

Pero, ahora una especie de amor fraternal. Ya no es romántico ni idealizado. Una forma de amor que se contagia, que permite aflorar lo mejor de cada ser humano.

Hoy quisiera compartir con ustedes algunas de las enseñanzas impartidas por una personalidad a la que admiro mucho y que tuve la oportunidad de participar en sus conferencias. Su nombre es Hunter Doherty, más conocido como “Patch Adams”, el médico payaso, que defiende la idea del trato humano en los hospitales. Un hombre que entienda la amistad como la mejor medicina.



Hunter tuvo una adolescencia problemática, como muchos de nosotros, era un blanco fácil para la intimidación, ya que estaba fuera del estándar de apariencia perfecta definido en ese momento. Era demasiado alto para su edad, delgado, torpe, con anteojos y no guapo para citas. Pero, tenía un punto importante a su favor: no necesitaba estudiar, porque era muy fácil con las materias. Hoy, fácilmente sería etiquetado como un "nerd". En ese momento, se dio cuenta de que al hacer reír a quienes lo molestaban, se volvió aceptado y el "bullying" ya no era divertido.

Hunter era un joven que veía muchas inconsistencias entre lo que escuchaba en la iglesia a la que asistía y el mundo real. Por no poder vivir con esta incongruencia, intentó suicidarse 3 veces. Ingresó voluntariamente en una clínica psiquiátrica después de este tercer intento. Fue entonces cuando se dijo a sí mismo: “No te vas a matar, pendejo. ¡Puedes hacer una revolución!”. Allí, Hunter hizo su primera elección al descubrir que podía servir a la Humanidad, y lo haría convirtiéndose en médico.

Patch Adams dice que en 45 años de medicina nunca ha usado la profesión para ganar dinero, siempre ha ejercido la profesión de manera voluntaria y con mucho amor, brindando alegría a los pacientes. La pregunta que suele hacerse es: "¿Prefieres terminar tu vida con alegría y humor o continuar con la desgracia que es morir con tristeza?".



Las enseñanzas de Patch AdamsEsta es ciertamente una mirada muy diferente a la muerte. Patch Adams nos enseña a mirar tanto la vida como la muerte de una manera menos dolorosa. Esta es una forma de romper esquemas, de mirar más allá de lo que ven los ojos materiales, de ver la esencia del ser humano.

Durante sus años universitarios, Patch hizo innumerables experimentos para descubrir cómo acercarse a otras personas, para descubrir qué es lo que hace que las personas se presten atención entre sí. En uno de sus experimentos, tomó la guía telefónica y llamó a números que no conocía. Su finalidad era la contraria a decir “Lo siento, fue un error y colgar”. Solo quería continuar la conversación con este extraño y así hacer un nuevo amigo.

Patch Adams tomó una segunda decisión mientras aún estaba en el hospital psiquiátrico y decidió no tener más días infelices. Tomó la decisión de vivir una vida feliz. Según Patch “La felicidad es la plataforma en la que una persona se lanza a la vida”. Ha vivido muy bien con esa elección durante 53 años. Patch fundó el Instituto Gesundheit, ubicado en Virginia - Estados Unidos y en los primeros 12 años de trabajo, atendió a más de 15 mil pacientes. Esto nos muestra que el amor es posible y puede ser contagioso, siempre que tengamos el corazón abierto a los demás y el deseo de servir, de ser útiles, sin juicios ni exigencias. Así trabajamos por amor y con amor.

Cierro este artículo con un ejercicio sugerido por el Dr. Patch Adams. La propuesta es vivir una semana de mal humor, quejándose de todo y de todos, manteniendo el pico en la boca. Haremos lugar para la infelicidad y la tristeza. La siguiente semana viviremos de buen humor, saludaremos a las personas, no nos quejaremos de las cosas, aunque nos desagraden, porque buscaremos las razones por las que sucedieron y comprenderemos a la persona o la situación, nos reiremos y nos permitiremos ser felices.



Las enseñanzas de Patch Adams

Patch dice que solo después de estas dos semanas tomaremos una decisión sobre cómo vivir nuestras vidas. Todos los días, cuando abrimos los ojos, tenemos que tomar la primera decisión: levantarnos o no, trabajar o no, estudiar o no, luchar o no. Por lo tanto, este será también el momento de elegir: “¡Hoy seré feliz”! Y trata, sólo por hoy, un día más, de ser feliz”.



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