En la vida sistémica, donde todos son especiales, es posible vivir en la tarea primordial de la vida, que es el amor. La máxima realidad a la que llega un individuo es el amor. Si está enfocado en otros aspectos que no sean el amor, estará completamente fuera del mundo de la evolución. Es posible evolucionar en presencia del amor y restaurar todas las funciones de un ser. Todos los seres vivos tienen una importante tarea en la misión de desarrollarse cada día para un futuro mejor.
Las abejas enseñan que la vida es simple, dulce y lo tiene todo. Pero el enfoque debe estar en ejecutar el trabajo de su vida de la mejor manera. Esto va mucho más allá de su trabajo profesional. Es un trabajo de evolución. Está por encima de todo. En él encontrarás paciencia, benevolencia, verdad, amor, fraternidad, comprensión, aceptación y armonía de vivir. Por lo tanto, tendrás una vida de luz, creando cada vez más luminosidad interior. La vida que restaura el equilibrio esencial del vivir es la vida que promueve la luz. Las abejas trabajan directamente para realizar lo que necesitan. No trabajan para otros. Trabajan para cumplir sus propuestas divinas. Es así que se vuelven grandiosas y asumen una tarea primordial y hermosa para la vida de muchos seres.
La mayoría de los seres humanos, atrapados en el materialismo, se han perdido en las creencias de “tener”, no de “ser”. De esta manera, la vida se vuelve inútil, porque después de cada compra te das cuenta de que hay validez para todo el mundo material. Traen una leve satisfacción, luego nuevamente insatisfacción, ya que no pueden llenar un ser con plenitud energética. Esta plenitud sólo se logra en la activación de la naturaleza interior. La vida que realmente cuenta es la natural. En cada ser lo único que importa es lo natural, es su naturaleza.
Mediante el trabajo fraterno de las abejas se obtienen resultados increíbles, como la miel y otros productos como el propóleo y la jalea real, que mejoran la vitalidad, estimulan la energía vital y cumplen una función de protección de la vida, restauración y equilibrio del organismo en su conjunto. Es un hermoso trabajo realizado por las abejas, respetando las plantas y ofreciendo al ser humano una fuente natural de vida.
De hecho, la salud y la enfermedad son caminos opuestos. La salud necesita principios naturales. La enfermedad exige estrés, falta de respeto, falta de amor y paz. Por lo tanto, está claro que son frecuencias diferentes para propósitos diferentes. La salud emana en alta frecuencia. La enfermedad emana a baja frecuencia. Todo son elecciones. La naturaleza trae salud. Se respeta la individualidad. La comunidad es clave. La falta de naturaleza conduce al camino del desamor y las tareas serán “dolorosas” para que la comprensión de la vida sea interiorizada.
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¡La vida trae tareas de amor, equilibrio y salud! Cuando no las entendamos o no las hagamos, surgirán tareas de dolor, desequilibrio y enfermedad! ¡La vida está hecha de elecciones para que los resultados sucedan!
¡Elige la tarea del amor! ¡Es simple y se puede hacer todos los días!
¡Luz de amor!
¡Gratitud!
¡Abrazo fraterno!
