Estado, democracia y poder a la luz de la filosofía

    Este artículo utiliza el pensamiento de varios filósofos, entre ellos Demócrito, Aristóteles, Maquiavelo, para hablar sobre el Estado, la Democracia y el Poder, afirmando que “El Estado es el encargado de regular las relaciones entre los seres humanos, la convivencia social, con igualdad y justicia”. .

    El hombre es un ser político porque vive en sociedad y elige actuar éticamente, es decir, con libertad y responsabilidad. El acto de elegir es una acción política y la política es una acción colectiva. Quien representa a la colectividad es el Estado, sin embargo el filósofo griego Demócrito dijo que “Cuando el Estado está en condiciones saludables, todo prospera; cuando se corrompe, todo cae en ruinas.”



    Estado, democracia y poder a la luz de la filosofía

    La historia de la humanidad muestra posiciones divergentes en cuanto a la concepción y función del Estado. Para algunos, la autoridad estatal y las leyes provienen de Dios, por lo que no pueden cuestionarse ni modificarse. Para otros, la autoridad estatal proviene de las costumbres; las costumbres se convierten en leyes y todos deben obedecer la ley porque el estado es más importante que cada ciudadano. Sin embargo, el filósofo alemán Nietzsche dijo que “las sociedades consisten en una serie de promesas, explícitas o implícitas, que los miembros de un grupo se hacen unos a otros”.

    Los griegos formularon palabras para designar la autoridad del Estado: Arché = "principio que está por delante", "que manda". Las palabras compuestas con arky expresan el número de los que tienen el principio en el estado. Monarquía = "uno tiene el principio"; Oligarquía = "algunos tienen el principio"; Poliarquía = "muchos tienen el principio"; Anarquía = "nadie tiene el principio". Kratos = "poder o autoridad suprema".

    Las palabras compuestas con cracia designan quién está en el poder. Autocracia = "una persona tiene el poder"; Aristocracia = "el poder de los mejores"; Democracia = "el poder del pueblo". Todo esto nos lleva a pensar en lo que dijo el filósofo italiano Maquiavelo: “Las injurias hay que hacerlas todas de una vez, para que, saboreándolas menos, se ofenda menos, y los beneficios hay que hacerlos poco a poco, para que se saboreen mejor”.



    La política es el ejercicio del poder por parte del Estado cuando se sustenta en una Constitución legítimamente elaborada. Cuando es dictada por la voluntad personal del gobernante, la ley es arbitraria. En este caso, no hay régimen político, sino despotismo y tiranía. Cuando se burla la ley, hay anarquía.

    El Estado que gobierna conforme a la Constitución y la justicia es un régimen político legítimo. El Estado que no gobierna conforme a la Constitución y la justicia es un régimen político ilegítimo.

    Según Aristóteles, “El bien es el fin de todas las ciencias y de las artes, y el mayor bien está, sobre todo, en el arte supremo de todas, que es el poder político”. Para este filósofo, el ciudadano debe encontrar la forma de ejercer la conciencia y establecer una posición personal frente a temas que están presentes en la convivencia humana y, por tanto, sólo en el poder político el hombre puede ser justo.

    Así, la variedad de posiciones deriva de cada momento histórico, es decir, de la contextualización histórica, ideológica y social. Pero el principio del Estado es la soberanía inalienable del interés colectivo. Según el escritor británico Benjamin Disraeli, “Cuando los hombres son puros, las leyes son innecesarias; cuando son corruptas, las leyes son inútiles”.


    Finalmente, vivir bien, ser feliz y llevar una vida virtuosa debe ser la meta de toda persona humana.


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