El peor dolor del mundo!

    ¿Alguna vez te has parado a pensar en ¿Cuál es el peor dolor del mundo? Algunos dicen que es el dolor del parto. Otros que es un dolor de muelas. Otros, aún, que es perder un hijo. Quizás esta sea una de esas preguntas que en Filosofía se llama polisémico, es decir, que no hay una sola respuesta, sino múltiples respuestas a una misma pregunta. Efectivamente, lo importante es entender que todo dolor es una etapa entre el principio y el fin, entre lo nuevo y lo viejo, es decir, es un proceso de evolución del ser humano. Así sea dolor físico o mental, moral o espiritual, ¡el dolor hace mejor al ser humano!

    Por otro lado Es importante recalcar que cada persona tiene su forma de sentir el dolor. En otras palabras, el dolor no es democrático, es la dictadura de lo físico sobre lo psíquico. ¿O sería al revés? En cambio, el dolor físico es temporal, puntual. Tiene un principio y un final. El dolor psíquico es múltiple. No tiene una causa específica. Por eso no tiene fin. Incluso después de la muerte, permanece absoluto. De hecho, es en el más allá donde el dolor psíquico suele manifestarse con toda su fuerza.



    Como forma democrática, el dolor puede ser físico, emocional, moral o incluso espiritual, pero el dolor tiene vida propia y características peculiares. Se manifiesta en cada ser vivo de manera diferente y cada persona lo siente de manera única.

    El peor dolor del mundo!

    Por eso se dice que el dolor es la hermana gemela de la muerte. Primero viene el dolor, luego la muerte. ¿O sería al revés? Cuando una persona está bien y muere en un accidente automovilístico o es asesinada, ¿qué es primero: la muerte o el dolor? ¿O hay muerte sin dolor?



    La muerte puede ser el olvido de los amigos. El final de un romance. El final de las vacaciones. Podría ser el fin de todas las sensaciones. De modo que, mueres más de una vez en tu vida, mueres cada vez que no haces lo que te gusta.

     Cuando el organismo está bien, todo funcionando, se vive en un estado de armonía, lo que significa paz y tranquilidad. Aunque la literatura suele narrar que el peor dolor del mundo es el dolor del parto, seguido de un dolor de muelas, para los románticos el peor dolor es el dolor del amor no correspondido.

    Pocas situaciones son tan dignas de consideración como la del amado que vive esperando al amado. ese tiempo es formada por momentos de angustia, sufrimiento y dolor, pero de mucha esperanza. Esperar que el ser amado sea la cura de todos los sufrimientos vividos. Para el amante, la amada posee la indecible capacidad de curar, es bálsamo. Sin el amado, el amante se pierde en la soledad existencial.

    Si no es correspondido, este pobre se enfrenta a la desastrosa perspectiva de un número indeterminado de años de soledad, que históricamente muchas veces termina en locura, como Amaranta, el personaje principal de “Cien años de soledad”, del escritor colombiano Gabriel García Márquez.

    En la mente de los que aman y no son correspondidos, el sufrimiento es mucho mayor porque la posibilidad de sanar está en el otro, pero este otro los rechaza. Así que lo único que queda por hacer es quitarse la vida. Sí, en muchos casos, el suicidio es el medio más común que encuentran los seres queridos para acabar con el amor no correspondido.

    El peor dolor del mundo!

    Siendo que el instinto más arraigado del ser humano es el de la sociabilidad, ¿cómo explicarle a la persona que ama y no es correspondido el tema del rechazo? Ser rechazado sería un estado de insoportable negación, capaz de justificar la peor de las locuras: el suicidio. Hoy en día, se cometen muchos más suicidios que hombres mueren en las guerras.



    Por otro lado el verdadero amor es capaz de soportarlo todo, incluso el rechazo mismo. Este amor mueve al hombre a vivir en compañía de sus semejantes sin esperar nada a cambio. Se abren nuevas perspectivas de vida. No sólo en aras de una mejor calidad de vida, sino por una necesidad fundamental de complementación a través de la convivencia mutua: la solidaridad.

    De esta manera, es en la socialización con el otro que revelamos quiénes somos. En esta revelación, el ser humano construye su ser, su carácter y su vida. Así, por el hecho de que el hombre no es un robot, de la buena relación de los seres humanos entre sí, aparece como correlato la amistad.

    Como consecuencia de ello, fruto de circunstancias tan variadas como complejas, las personas se vuelven capaces de actuar desinteresadamente unas por otras, aun estando unidas, no por un fin sublime, sino por mera afinidad.

    El peor dolor del mundo!

    Sí, es la amistad la que salva al hombre de la mismidad, de la barbarie y alivia el dolor existencial, físico, psíquico y espiritual. Es la amistad la que puede liberar a los hombres de la esclavitud del egoísmo. Sólo la amistad puede devolver las ganas de vivir a los amantes, a los que sufren todo tipo de opresión.


    Finalmente, no se puede olvidar que la amistad es una cosa tan rara que la Biblia incluso dice que: “Quien ha encontrado un amigo ha encontrado un tesoro”. Sin embargo, si no tienes o crees que eres amigo de nadie, no te desesperes, no sufras y no dejes de luchar, porque hay alguien mirándote: tus ganas de ser más, de querer más. ! ¡Vive más y sufre menos!


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