ImagÃnese cómo se puede experimentar esto temprano en la vida. El recién nacido deja un lugar seguro y acogedor que es el vientre de su madre, y aterriza en una realidad desconocida.
Para facilitar la comprensión, cito dos casos concretos trabajados en terapia:
En uno de ellos, la madre buscó ayuda porque su hijo estaba teniendo conflictos en la escuela y la dirección la llamaba con mucha frecuencia. Inmediatamente le pregunté sobre su situación fÃsica, mental y emocional durante el tiempo que estuvo embarazada de él, y mencionó que a lo largo de su embarazo su preocupación constante fue si podrÃa mantener a otro hijo.
Otro caso concreto es el caso de las relaciones afectivas, donde los más inseguros de la relación, por miedo a ser abandonados, acaban inconscientemente dando razones para que se produzca el abandono, a través de sus actitudes o palabras. Como la función de la creencia es probarse como verdadera, la creencia en el abandono siempre se cumple, ya que este es el sentimiento que conoce el subconsciente.
Es durante el embarazo que registramos nuestros primeros sentimientos y emociones, pero como el feto aún no tiene actividad consciente, es decir, razona, piensa y analiza todo lo que tiene que ver con la atención, por lo que registra los sentimientos y emociones de su madre. madre como si fueran propios, y más aún, como su actividad subconsciente, automática y mecánica ya está activa y actúa para garantizar su supervivencia, interpreta los sentimientos negativos como una amenaza para su vida.En ambos casos, tanto el ejemplo del niño que está en conflicto en la escuela como el de la persona en la relación en cuestión están actuando de manera inconsciente y, de hecho, esta es una forma de llamar la atención del otro, para que, al recibir la atención, sentirse seguro. Este mecanismo comienza después del nacimiento, donde el niño realiza conductas especÃficas para llamar la atención de la madre, si esta tiene éxito en su intento, entonces el subconsciente registra dicha conducta, la cual se convierte en un mecanismo automático de defensa y protección.
Los estudios sobre el funcionamiento de la mente humana, desde la perspectiva de la ParapsicologÃa ClÃnica, ya han demostrado que lo mental vale más que lo biológico, y más aún, el Dr. Pedro Grisa habla en muchas de sus obras de la comunicación telepática que se produce de forma continua entre las personas, sobre todo cuanto mayor es el grado de conexión afectiva.
En este contexto, quien se sienta más inseguro llevará el motivo del alejamiento al lado personal, desencadenando el sentimiento de miedo a ser abandonado.
Con base en estos hallazgos, la sugerencia dada para ambos casos es mantener siempre una actitud mental positiva, tener buenos pensamientos sobre el otro, como la confianza, el respeto, el aprecio, el reconocimiento, el cariño y que el diálogo esté siempre presente, dándole al otro la oportunidad de conocer sus sentimientos y comprender que, muchas veces, la distancia en las relaciones se da por alguna inquietud que la persona está experimentando. Entonces, no significa que la persona se aleje, sino que su mente está con otro foco (en este caso, el objeto de su preocupación), afectando el vÃnculo telepático entre ellos.
Cuanto mayor sea nuestro grado de comprensión, más posibilidades tenemos de vivir relaciones sanas, basadas no en el miedo y la carencia, sino en la conciencia y la manifestación constante de paz y armonÃa.
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