el dolor del amor

Ah, el amor… a veces descrito como el combustible de la vida, el sentimiento que da color y razón a la existencia, y otras veces, como el sentimiento que desgarra el corazón de tanto dolor.

Hoy me gustaría hablar un poco más sobre el segundo, el sentimiento que hace que una persona sufra, llore, se desespere e incluso piense que no fue creada para la felicidad.

Pero, ¿qué es lo que hace que una persona tenga todo este “dolor”?

En el último artículo, hablamos un poco sobre la diferencia entre dolor y sufrimiento. Solo para recordarles, el dolor es real y el sufrimiento es psíquico, es decir, la elección de un individuo sobre cómo atravesar ese dolor. Es fundamental recordar esta diferencia, para comprender mejor cómo estamos eligiendo vivir el amor o el dolor.



Es importante conceptualizar el amor como una búsqueda de unidad, de unión en todo lo existente. Es pensar en términos de humanidad, algo mucho más grande que la relación afectiva entre hombre y mujer. Sin embargo, todavía estamos aprendiendo a amar y, por lo tanto, todavía condicionamos el amor a nuestros deseos, necesidades y la carne.  

La forma en que vemos el amor hoy en día se remonta a mucho tiempo atrás, cuando la idea de un alma gemela comenzó a extenderse. El alma gemela trae consigo la idea de que alguien llegará para completar nuestra felicidad. Y si ese alguien no llega, estamos condenados a la infelicidad.

el dolor del amorEs necesario darse cuenta cuando estamos poniendo nuestra felicidad en manos de alguien o de algo. Por ejemplo, ¿sentimos que nuestra pareja es la responsable de hacernos felices?

Si respondemos afirmativamente a esta pregunta, es hora de repensar nuestro concepto del amor. Estamos poniendo en manos ajenas la conquista de uno de nuestros mayores tesoros: la felicidad.



El amor es algo que integra a los seres y no algo que los completa, ya que todos fueron creados como seres completos. Llegados a este punto, nos toca recordar que la felicidad es un estado interior y un logro individual.

La idea de encontrar a alguien que nos complete puede ser una de las explicaciones de los llamados “dolores de amor”. Cuando no recibimos de la otra persona lo que nos gustaría, comenzamos a sufrir, permitiendo que la carencia crezca en nosotros, haciéndonos aún más dependientes de recibir afecto y atención.

Otro punto importante es la idealización, que es cuando creamos en nuestra mente al compañero perfecto: el príncipe cariñoso, cariñoso, rico, inteligente, educado y apuesto. Cuando percibimos tu humanidad, tu imperfección, nos sentimos muy mal. Es como si el mundo se derrumbara. Así, una vez más, vienen las penas del amor.

Nos damos cuenta de que, en cierto modo, la idealización y la idea de una media persona, la que espera a que llegue su alma gemela para hacerla feliz, se fusionan, porque ninguno de los dos es real. Y por no ser reales, frustran, desilusionan, hacen sufrir, porque la persona se apega a algo irreal para ser feliz, despreciando su crecimiento interior y la búsqueda del amor verdadero, el que trae libertad, alegría y respeto, porque sabe que tu felicidad depende solo de ti mismo.

Pensamos que el otro nos pertenece, es nuestro y tendremos el control de su presencia para siempre. Sin embargo, la gente es libre de ir y venir. El mayor desafío para comprender el amor es respetar la elección del otro, incluso si es completamente diferente a la tuya, y permitirle ser libre, incluso para amar a otra persona. Alcanzar este nivel de comprensión significa la inexistencia de las penas del amor.



A menudo decimos que tenemos que tener suerte para encontrar a la persona adecuada. Pero, ¿es esta una idea real? ¿Sería lógico decir que la felicidad depende de la suerte? ¿No sería más lógico decir que la felicidad es el resultado de las elecciones que hacemos?

Después de todo esto, ¿seguimos pensando que el amor duele? Entonces, aquí hay un pensamiento:

El amor no duele. El amor cura, libera, es armonía.


Cualquier cosa fuera de eso es apego, posesión, idealización, irrealidad.


¿De qué lado quiero estar? ¿Del lado del amor real o ilusorio? ¿Sufrir por el apego o cosechar las delicias del amor?

¿No es el amor todavía el mejor camino? La respuesta depende de cada uno de nosotros….

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