Dove Cameron es el retrato de la presión estética que sufren las mujeres

Dove Cameron es el retrato de la presión estética que sufren las mujeres

Red social y autoestima. Esas palabras coinciden mucho, ¿no? ¿Mirar a personas atractivas en las redes sociales empeoraría nuestra percepción de nuestros propios cuerpos? Así lo revelan varios estudios. Por cierto, Dove Cameron, actriz y cantante estadounidense, habló sobre cómo las redes sociales pueden afectar negativamente la autoestima de las personas.


La cantante admitió que sufre de trastorno dismórfico corporal. En este tipo de trastorno, quien se mira al espejo cree tener una o varias imperfecciones. A lo largo del texto, explicaremos más sobre esto. Las redes sociales transmiten estándares de belleza inexistentes y provocan en las personas inseguridad y baja autoestima, así como problemas con la propia imagen. Por eso la importancia de tener buen ojo para entender el creciente fenómeno de cómo mirar la vida de los demás en internet lleva a comparaciones entre uno mismo y otras personas, minando nuestra autoestima.



¿Qué es el trastorno dismórfico corporal?

El dismorfismo, también conocido como dismorfia corporal, es una condición psicológica en la que los pacientes se fijan en una o más de sus apariencias, notando imperfecciones o defectos que para otros parecen mínimos o inexistentes.

La dismorfia puede afectar a cualquiera, pero es más común en adolescentes y jóvenes. Es importante entender que no se trata de vanidad: el dismorfismo corporal es una enfermedad mental que hace que el paciente se perciba a sí mismo como imperfecto exagerando los pequeños detalles. Puede ser una condición angustiosa que causa problemas de salud mental adicionales, como ansiedad y depresión.

Pero, ¿qué puede causar el trastorno dismórfico corporal?

Todavía no está claro qué causa el trastorno dismórfico corporal. La investigación de los últimos 20 años sugiere que una combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales están detrás del trastorno.


Por exemplo, um estudo da Faculdade de Ciências Médicas da Universidade Estadual do Rio de Janeiro (UERJ), realizado em 2012, mostrou que, dentre os portadores de TDC, 8% têm algum membro da família que também recebeu o diagnóstico da doença ao longo de la vida. El desarrollo de BDD a menudo se asocia con eventos de vida particularmente estresantes, como violencia, abuso y trauma.

Síntomas de dismorfia

Las personas que sufren de dismorfia a menudo están obsesionadas con su apariencia externa, lo que se puede expresar cuando se miran repetidamente en el espejo, cuidan su piel y se esfuerzan por corregir la imperfección percibida. Los síntomas típicos incluyen:

• Comparar su propia apariencia con la de los demás;
• Preocuparse por una parte específica de su cuerpo: generalmente su cara (por ejemplo, nariz, arrugas, piel, acné, etc.), cabello, piel, genitales, tamaño de los senos (generalmente en mujeres) o el tamaño de sus músculos o tono muscular (generalmente en hombres);
• Hacer todo lo posible para cubrir las imperfecciones percibidas; por ejemplo: dedicar mucho tiempo a elegir ropa, peinarse y maquillarse;
• Pensar que otras personas están juzgando o burlándose de su apariencia;
• Evitar situaciones sociales;
• Una fuerte creencia de que son feos o incluso deformados de alguna manera;
• Búsqueda continua de la tranquilidad de los demás sobre su apariencia.


La dismorfia también puede causar otros problemas. A menudo se asocia con ansiedad, trastornos del estado de ánimo, incluida la depresión, trastornos de la alimentación, trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y abuso de sustancias.

Dismorfia y redes sociales

Cuando cualquier pequeño defecto físico (por ejemplo, la forma de la nariz, las orejas o los labios) nos hace sentir cohibidos y exagerados; hasta el punto de afectar nuestra tranquilidad; debemos estar alerta porque podría tratarse de un trastorno dismórfico corporal. Y, por desgracia, las redes sociales pueden haber contribuido a ello. Un ejemplo son los numerosos 'filtros' de los que dispone el usuario para utilizar en las fotografías y, de esta forma, reducir cualquier imperfección.


El constante bombardeo en las redes sociales sobre modelos o estereotipos de la belleza contemporánea ha hecho que, cada día, muchas personas rechacen su aspecto físico. Es una realidad que el desarrollo de aplicaciones que permiten la modificación de fotografías trae mucho alivio a esta generación de jóvenes, en virtud de corregir y modificar a su gusto aquellos defectos que no pueden soportar.

Hoy en día, conocer a alguien en persona, después de ver una foto, puede ser una realidad desconcertante. Cuando se modifique o edite alguna imagen personal, pues se busca la aceptación de un gran número de personas en las redes sociales. Esta actitud los sumerge en un mundo mental paralelo que, al final, los obliga a someterse a cirugías y tratamientos estéticos hasta lograr la apariencia física deseada, tal como la de la foto.

Dove Cameron y la presión estética

La actriz ganadora del Emmy, Dove Cameron, compartió previamente su lucha con la salud mental después de sufrir múltiples tragedias personales. En 2017, la estrella de "Liv and Maddie" tuiteó que su padre se suicidó cuando ella tenía 15 años y que cambió su nombre en su honor (su nombre de nacimiento es Chloe Celeste Hosterman).


En una publicación en la red social Instagram subió una imagen llorando y reflexionando sobre su identidad, hablando más de la relación de la estética en las redes sociales. La actriz escribió sobre la dificultad de vivir preocupada por su apariencia, además de decir que, como trata con el público, termina sin que le permitan ser quien es. Esto también demuestra cómo los filtros que se utilizan en las redes sociales acaban transformando a las personas en perfectas, sin ningún defecto.

Repercusión en el uso de 'filtros' en las redes sociales

La publicación tuvo repercusión y ganó protagonismo, haciendo que más gente hablara de ella. De hecho, la complejidad de este desorden es tan amplia que las entidades que regulan la publicidad llaman la atención a modelos, actores o personas influyentes para que no exageren este tipo de filtro tecnológico. Porque, primero, lo que muestran no es cierto, y segundo, están contribuyendo al aumento de casos de TOC en una población de entre 15 y 30 años.


Sin embargo, existen tratamientos para combatir el trastorno dimórfico corporal, como la terapia cognitivo conductual, que es realizada por un psicólogo con la intención de ayudar al paciente a determinar y cambiar su forma negativa de pensar. Esto alivia la ansiedad, por ejemplo, de mirarse constantemente al espejo; también existen otras alternativas, como la actividad física o una afición relajante como la pintura o el canto.

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La mejor terapia mental y espiritual es la que nos ayuda a aceptarnos tal y como somos. Al final, lo que realmente importa son nuestros sentimientos, valores y nuestra crianza. Nada supera esto, porque contiene nuestra esencia. Y he aquí la pregunta para la reflexión: ¿cuánto crees que ya están influyendo las redes sociales en la percepción que tienes de ti y de tu cuerpo?

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