“Solo quien se comprende a sí mismo comprende al otro.”
Vivimos en una época de incertidumbre, la “era líquida”, todo cambia muy rápido. Pero el sentimiento, la necesidad y el deseo de ser amados, comprendidos y reconocidos permanecen con nosotros.Tantas creencias limitantes impuestas por la sociedad, las familias, las culturas y las religiones, todas resultando en violencia, falta de paz interna y externa, guerras, conflictos ideológicos, discriminación racial y de género, tantas heridas abiertas en nosotros.
Creo, sí, esta es una creencia de que todos somos seres únicos en esta galaxia y universo.. Nadie es como los demás, así que nadie es mejor que el otro.
¿Simple? ¡Sí!
Experimentar que somos seres únicos, por lo tanto, no compararnos con otras personas, requiere un autoconocimiento emocional.
Cuando conozco y reconozco mis emociones, lo que me mueve en el mundo, los valores que sustentan mi personalidad, puedo comprender a los demás, sus seguridades e inseguridades.
Empiezo a actuar de manera consciente, clara, tolerante y con una visión integral de lo que significa comprender las emociones, pensamientos, reacciones y actitudes de las personas.
Aporto en mis actitudes la empatía, la capacidad de ponerme en el lugar del otro, como un observador desapegado. Sin evaluar, criticar y juzgar. Sin querer que sientas, pienses y comprendas como yo.
Empatía tiene su origen en el término griego "empatía", que significa "pasión", la empatía presupone la comunicación afectiva con otra persona, e incluyo las palabras afecto y acogida.
Yo afecto al otro y el otro me afecta, yo lo entiendo y él me entiende.
La empatía es diferente de la simpatía. La simpatía es una respuesta intelectual. La empatía es una conexión emocional.
La simpatía indica un deseo de estar en presencia de otra persona y complacerla, la empatía da lugar a un deseo de comprender y conocer a la otra persona.
El altruismo entra en juego, el amor y el cuidado por las personas es algo natural para mí.
no cancelo, me coloco en una posición de profunda y genuina comprensión.
Puedo identificarme con los sentimientos del otro y sentirme movilizado para cooperar con él/ella, si la persona quiere. Me permito ayudar y pedir permiso al otro para ayudarlo, sin decidir lo que considero mejor para él. Salvo en los casos en que la persona se encuentre en condiciones psíquica y emocionalmente comprometidas para decidir con objetividad.
Uno de los métodos utilizados en nuestra actuación profesional es la escucha activa y la escucha desde el corazón. Observamos cómo las personas felices y motivadas se sienten cuando son escuchadas con atención plena y cuando sienten que la voz de su corazón es reconocida por el otro.
Poner el oído y el corazón en las relaciones humanas, escuchar más allá de lo que se dice y sentir la vibración del corazón del otro abre la puerta a la comprensión ya la solidaridad.
Las consecuencias son:
- Respeto a las diferencias, sean las que sean;
- Altruismo, servir a los demás sin esperar nada a cambio;
- Sentimiento de pertenencia y dignidad;
- Honra a todo ya todos los que nos precedieron;
- Valorando todas y cada una de las aportaciones, sugerencias e ideas;
- Vida más ligera;
- Salud mental, emocional, física y espiritual;
- Relaciones armoniosas;
- Un entorno más saludable y sostenible;
- Cooperar se vuelve más importante que competir;
- La paz se instala gradualmente dentro de cada ser humano.
Así comienza dentro de cada uno de nosotros un mundo más pacífico, amoroso, comprensivo y justo.
Cuando cada ser humano del planeta sienta y viva estos valores en sí mismo, alcanzaremos un estado de relaciones dignas, sanas y felices.
Yo creo, sí, esa es otra creencia, que las leyes, normas, reglas y constituciones de los países serán simples y eficaces. Porque las orientaciones vendrán de adentro hacia afuera, de cada corazón consciente de su misión consigo mismo, con el otro, con el planeta Tierra, Universos y Galaxias.
Consejos para ejercitar la comprensión con uno mismo y con los demás:
- Escuche más allá de lo que se dice;
- Nada es personal, muchas veces proyectamos nuestras inseguridades culpándonos a nosotros mismos ya los demás;
- Sonríe, porque la sonrisa aligera el alma y desarma la resistencia;
- Intenta sentir más y pensar menos, esto favorece la intuición;
- Ofrece lo mejor de ti, de verdad, sin esperar recompensas.
¡Sé feliz y haz felices a los demás con tu luz!
¡Abrazos cariñosos!
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