Caja fuerte llena. apego material. Pandemia.

Estamos muy apegados a la materia. A los bienes materiales. No soportamos la idea de morir y dejar en manos de otros todo lo que acumulamos durante nuestra vida, y cuando acumulamos más y más decimos que es para dejárselo a nuestros hijos. ¿Lo será?

En una ocasión, en una actividad mediúmnica, nos trajeron para aclaraciones un desencarnado que era dueño de muchas tierras, y guardaba una importante suma de oro en una gran caja fuerte en una de sus fincas. El espíritu campesino, aunque ya no pertenecía a esta vida, se quedó aferrado a la caja fuerte, tratando de abrirla y negándose a seguir el camino en la espiritualidad, situación que le resultó difícil de resolver, ya que no creía estar sin el físico. cuerpo, y sintió que estaba como si estuviera soñando.



Estas situaciones son comunes que sucedan con motivo del fallecimiento, porque lamentablemente estamos preparados para vivir y olvidamos que tenemos un tiempo de vigencia. Siempre basamos nuestro tiempo aquí en la Tierra en la edad de las personas mayores, y durante la mayor parte de nuestras vidas no nos preparamos para fallecer.

La mayoría de las creencias religiosas no abordan la vida más allá de la tumba, informando a los seguidores que todo termina con la muerte y que entrarán en un profundo sueño de descanso hasta el juicio final. Sin embargo, quienes así lo creen se encuentran ante una realidad diferente.

Caja fuerte llena. apego material. Pandemia.
 Larm Rmah / Unsplash

Incluso ahora con esta pandemia que nos puede llevar de un momento a otro, como otras enfermedades repentinas, no hablamos de lo que debemos adoptar de un momento a otro. La mayoría se queja de la distancia, de tener que convivir con mascarilla y de asearse constantemente, pero no intercambian información sobre estar afectados por la enfermedad y tener que separarse de sus pertenencias y seres queridos en un abrir y cerrar de ojos.



Curarse de cualquier enfermedad tiene que ver con el mérito. Una enfermedad que puede considerarse fatal siempre llega para cambiar nuestra forma de ver la vida. A veces pensamos que somos buenas personas por hacer obras de caridad, repartir comida, ropa o dar dinero. Esta es la caridad más sencilla que podemos realizar y los gobernantes lo hacen de manera rutinaria, ya que solo dependen de los recursos. Hay otras organizaciones benéficas que sí son meritorias, como la adopción de un niño sin hogar, el cuidado de un enfermo o el buen trato de una persona mayor. No basta con ser caritativos materialmente, hay que ser en el camino que enseñó Jesús.

También te puede interesar
  • Aprende por qué la caridad debe ser un acto diario
  • Entiende por qué no toda la caridad es positiva
  • Descubra qué lecciones puede traer la pandemia

Una palabra amistosa o un buen consejo también es caridad. Recordemos que Jesús siempre trató de traer una palabra de consuelo y cuando practicaba la curación, siempre los guiaba a no pecar más, es decir, el enfermo que lograba escapar de una enfermedad grave debía cambiar su comportamiento. Así continúa hoy, porque la evangelización de Jesús no ha cambiado.



Pensemos un poco más en lo que nos puede pasar de repente e intentemos aclararnos, para no quedarnos atrapados en la caja fuerte. Mucha paz, amigos.

Añade un comentario de Caja fuerte llena. apego material. Pandemia.
¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.