vivir y existir

    vivir y existir

    Quizás nunca hubiéramos imaginado que las reflexiones sobre la vida y la muerte dejarían de ser un tema destinado a filósofos, poetas o escritores a adentrarse en nuestra cotidianidad y ocuparse de gran parte de nuestro proceso diario de evolución, requiriendo la reconstrucción del sentido de nuestra existencia en la vida, en las familias, en el mundo, en la sociedad. De repente, la persona que te envió un mensaje hace unos minutos ya no forma parte de la lista de constructores de planetas. Y los abrazos que quedaban para otro día, los encuentros y las promesas para los próximos meses eran tan inciertos como nuestra estancia aquí.




    El duelo no se limitó a las funerarias, ni se restringió a los cementerios en sus tumbas grandes o modestas; el duelo entró en las casas, el alma, la esencia del ser. Perder se está volviendo tan común que el miedo ahora se está acostumbrando fríamente a la pérdida. El hecho de que estemos tan brevemente en este mundo nos lleva a la fatídica constatación de que la única certeza triste y cruel es que vamos a morir.

    Independientemente del camino, creencia o misión, caminamos diariamente de puntillas hacia una línea fina y delicada. Solo hace falta un respiro, una vacilación o una llamada para que se acabe la gran oportunidad.

    Ahora cobran sentido las filosofías, los poetas, la petición de los pensadores de que dejemos de sobrevivir para vivir. Pasamos tantos días corriendo, trabajando, preocupándonos por las matemáticas -haciendo matemáticas-, entrando y saliendo de lugares, rezando y esperando un milagro, sin siquiera detenernos a darnos cuenta de que “estar vivo” ya es una sucesión de pequeños y grandes milagros. .

    Que resignifiquemos nuestra existencia para que valga la pena; que no lleguemos al último escalón de la fila arrepintiéndonos de lo que no hicimos o de lo que tanto quisimos hacer; Que solo se quede atrás el arrepentimiento y nunca los planes. Por cierto, planes… que estén despojados de codicia y llenos de momentos inolvidables. Lo necesitamos, quizás más que nunca.


    También podría gustarte:

    • ¿Por qué tener miedo (o no) a la muerte? Entender
    • Sorpréndete con el poder del duelo para hacerte una persona más fuerte
    • Aprende a aplicar la filosofía en tu vida diaria
    • Entender por qué sentir es sinónimo de existir

    Que manejemos el tiempo para trabajar hacia el progreso, pero que nos detengamos a mirar el cielo y el canto de los pájaros; que conocemos a nuestros vecinos, llama y envía un mensaje a nuestros amigos y familiares, que podemos ser felices. Que nuestro dolor se sienta, sí, pero no como una tragedia o un motivo de desistimiento; que nuestras pérdidas sean motivo para intensificar nuestro ser.


    Porque según el gran Luiz Fernando Veríssimo: “aunque los que casi mueren todavía viven, los que casi viven ya están muertos”.


    Añade un comentario de vivir y existir
    ¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.