Ya se ha dicho que el planeta Tierra está en la categoría de menor evolución, donde predomina el mal y que está en constante evolución como todo lo que fue creado por Dios.
Sabemos también que los que habitamos este planeta somos unos más, unos menos avanzados en relación a lo que el Creador quiere para nosotros, y que aquí no estamos abandonados y tenemos a Jesús como nuestro Gobernador Planetario.
También fuimos informados por los espíritus amigos de la más alta jerarquía que vinimos a este planeta para ser probados, expiados y un número mucho menor de personas con una misión caritativa.
Estas características de los planetas se explican en el Evangelio, cuando Jesús dice que hay muchas moradas en la casa del Padre, por tanto, la casa es el universo y las moradas son los diferentes mundos habitados.
Pero por ser un lugar de habitación para pruebas y expiación, nos vamos a ver envueltos en situaciones de dificultad, tristeza y muy poca alegría, es decir, solo tendremos momentos felices.
Ha pasado casi un año desde que nos enfrentamos a una pandemia que ha matado a muchas personas. Menos que muchas guerras, es cierto, pero esto nos causa una gran tristeza. No es casualidad que esté pasando esta calamidad, porque como dije, no estamos solos en el mundo y tenemos un Gobernador. Esto es parte de la expiación para algunos, ya que están rescatando algo malo cometido en vidas pasadas y también es parte de las pruebas que tenemos que pasar para evolucionar en el dolor o el miedo, para que nos llame la atención algo que normalmente mucha gente no le da importancia, que son los designios de Dios, ya que el llamado de amor no fue respondido.
Las calamidades están destinadas a hacer que el mundo avance más rápido, porque cada vez que esto sucede, nos cuestionamos y comenzamos a pensar más en Dios y desarrollar más amor en nosotros.
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Llegó la pandemia, y la mayoría no entendió el mensaje del Altísimo. Muchos gobernantes, tanto a nivel federal, estatal y municipal, no supieron conducir a su pueblo. Se equivocaron o actuaron demasiado tarde y la enfermedad se propagó.
Ahora se habla de una segunda ola, pero ciertamente no se trata de eso, sino de un agravamiento por no tener los debidos cuidados, como no amontonarse, usar mascarillas, higiene principalmente de las manos y mantener el pensamiento en alto. Sí, sufriremos nuevas consecuencias de nuestra irresponsabilidad, pero pronto saldremos fortalecidos de esta prueba/expiación mundial.
Tratemos de cuidarnos, hacer nuestra parte. Las vacunas están llegando y todo se normalizará, pero debemos ser conscientes de por qué sucedió todo esto. Paz para todos.
