¿Es posible tener una relación sana? ¡Practica el amor propio!

Los conflictos maritales son parte de toda relación.

Entre el dolor y el placer, el sufrimiento y la paz, las relaciones enseñan el arte de amar. Esta es nuestra gran misión. Aprender y crecer juntos, lo que ejemplifica en la práctica lo que necesitamos cambiar en nosotros mismos. Toda pareja pasa por dificultades y problemas de todo tipo. ¡En la adversidad, la pareja tiene la oportunidad de fortalecer la relación sobre bases sólidas que se construyen a través del amor!



Darse cuenta de que cada uno tiene su papel en la relación y puede contribuir positivamente durante las crisis. A veces, por las razones más groseras, comienzan las discusiones y la batalla de la competencia se apodera de la relación. El que sea más duro recibirá el trofeo. ¡Esta es la cara del ego! Piensa por sí mismo y le importa poco tomar conciencia.

Pero así como el egoísmo induce las reacciones emocionales más insanas, también acaba fomentando el sufrimiento interior. Ah, entonces nos encontramos solos en un rincón, sin saber qué hacer con los pedazos que quedaron. Arrepentimiento, dolor, soledad… Este es el momento en que, en la calma del egoísmo, el corazón y la conciencia se manifiestan, demostrando que todo ese alboroto fue inútil.

Por eso, ante cualquier emoción destructiva, tenemos que aprender a expandir nuestra conciencia. el tan famoso conocimiento de sí mismo. Primero, aprender a no culpar al otro por lo que sentimos, pensamos y hacemos. Ser conscientes de nuestra responsabilidad en la relación.

Reconocer cuando estamos siendo guiados por el ego:
  • Exigir demasiado al otro, querer apropiarse, manipular.
  • Los celos excesivos son un veneno que acaba con cualquier posibilidad de una relación sana.
  • Criticar, juzgar y condenar al compañero, culpándolo siempre de su sufrimiento e infelicidad conyugal.
  • Juega el papel de necesitado y víctima todo el tiempo.

Estas y muchas otras trampas que veremos y hablaremos en otros artículos son imposiciones del ego que debemos eliminar. Muchas veces el amor no sucede, porque nos falta el reconocimiento de nosotros mismos. No saber cómo lidiar con nuestras emociones. Reaccionamos inconscientemente, automáticamente.



¿Es posible tener una relación sana? ¡Practica el amor propio!El amor es siempre liberador para la pareja. Fluirá en la relación con cada conflicto, enseñando y haciendo que la relación sea gratificante. Sin embargo, para que se manifieste, se necesita atención para darse cuenta de en qué punto estás siendo inflexible, crítico, limitado. ¡Deja de centrarte en el otro y ponte en contacto contigo!

Sí, este es el camino de una relación sana. practicar el autoamor.

Cuando despiertas tu conciencia, dejas de depender de tu pareja y dejas de manifestarte en el egoísmo.

El amor propio es la forma de amarte a ti mismo y a los demás.

Segundo paso:

Practica la autoconciencia. Deja de quejarte de la relación, del otro y de ti mismo. El amor propio comienza cuando aceptamos lo que somos y entonces también empezamos a aceptar al otro como es, luces y sombras. Todos los cambios, como siempre digo, se hacen en la práctica. Olvídate de recetas que traen teorías rebuscadas. Somos cuerpo, mente, sentimientos, energía y espiritualidad. El ser multidimensional que se manifiesta en las emociones. Ninguno de estos elementos puede ser descuidado.

¿Empezamos a practicar?

Meditación

Siempre que hablemos de práctica por aquí, tendremos a la meditación como una herramienta poderosa. Hay mucha gente que confunde lo que es la práctica meditativa y el estado de meditación.

Trataré de traer en cada artículo, un poco sobre cómo puede cambiar tu patrón de salud o desequilibrio, sea cual sea el sector de tu vida que estemos trabajando terapéuticamente.

Hoy realizarás la práctica del amor propio.

  • En un lugar tranquilo y acogedor, siéntese en una posición cómoda, tratando de mantener la columna y la cabeza rectas.
  • Puedes ambientar con música suave y un ambientador, con unas gotas de aceite esencial de lavanda.
  • Cierra los ojos y lleva tu atención a tu pecho, a tu corazón.
  • Intenta sentirlo latir y salúdalo.
  • Visualiza la energía de la luz rosa expandiéndose como un sol rosa en todas las direcciones.
  • En él habita tu esencia espiritual y amor incondicional.
  • Imagina, siente, visualiza la mano de un ángel tocando el centro de tu corazón al mismo tiempo que literalmente lo tocas con tus manos.
  • En este momento tú y este ángel se vuelven Uno en contacto con tu corazón.
  • Pídele al ángel sanación y paz interior.
  • Permanece en esta práctica el tiempo que consideres necesario, sintiéndote querido y apoyado.
  • Date cuenta de la luz rosa que envuelve toda tu aura y tu entorno.
  • Una inmensa paz llenará tu alma.
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