¿A QUIÉN LE ENSEÑÓ JESÚS EL ACTO DEL AMOR?
Sor Consolata Betrone (1903-1946), monja capuchina italiana, fue elegida por Dios para confirmar al mundo la doctrina del Camino de la Infancia Espiritual ya enseñada por Santa, sea practicada por todos, hombres y mujeres, laicos y religiosos. (Lea el libro “El Corazón de Jesús para el Mundo”, Ediciones Loyola)
¿CÓMO PARTICIPAR EN LA OBRA? ¿QUÉ DEBES CUMPLIR?
Ser un alma muy pequeña y participar en la Obra significa cumplir con 3 deberes:
1º: Repetir incesante o frecuentemente el Acto de Amor: “¡Jesús, María, os amo, salvad las almas!”. Hazlo con el corazón (sin necesidad de mover los labios), a lo largo del día, desde que te despiertas hasta que te acuestas;
2º: Practicar la Caridad con una sonrisa, viendo y tratando a Jesús en todos;
3º: Aceptar la Voluntad de Dios, con un: “¡Gracias, Jesús mío!”.
¿CUÁLES SON LAS PROMESAS DE JESÚS PARA CADA ACTO DE AMOR?
Cada vez que se pronuncia este Acto de Amor: “Jesús, María, os amo, salvad almas”, se salva un alma. Es el acto de amor puro y perfecto, con el que se da una súplica incesante en favor de todas las almas. Es un acto de perfecta caridad por la súplica incesante en favor de todas las almas, las de la Iglesia Militante, que somos nosotros, en camino a la Casa del Padre, y las de la Iglesia Sufriente, las almas del Purgatorio. Repetida muchas veces, en cualquier tiempo y en cualquier lugar, atrae una lluvia de gracias particulares y, sobre todo, prepara el triunfo de la Divina Misericordia en los corazones humanos: un nuevo Pentecostés a escala mundial.
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El acto de Amor es para todos y para todo. Se puede orar: “Jesús, María, os amo, salvad almas y sanadme” o “Y sanad… (nombre del enfermo)”; “Y libre… (de la adicción a las drogas, al alcohol)”; “Y proteger… (negocios, viajes)”; “E ilumina… (estudios, falta de fe)”; “Y me convertí… (ateo, etc.)…”.
