A través de la actividad física se adquiere un cuerpo nuevo, sano y flexible, lo que también conduce a una vida más larga y de mejor calidad. Además, la práctica de Hatha Yoga conduce a una relajación de la mente, llevándonos a poder observar mejor el mundo, con objetividad. Otro punto positivo es la visión más justa en todas las situaciones de la vida.
La meditación conduce a una mente más centrada y, por lo tanto, más libre que toma las decisiones correctas en cada momento. Combinar todo esto con el autoaprendizaje constituye el martillo capaz de destruir la ignorancia, permitiéndonos responder a las preguntas de la vida, tales como: “¿Quién soy yo?” o “¿Qué estoy haciendo en esta vida?”.
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