La resignación es una actitud precedida por la paciencia que nos da condiciones para enfrentar los desafíos de la vida. Esta virtud preciosa nos eleva hasta el punto de anticipar las bienaventuranzas prometidas por Jesús, llevándonos al consuelo que necesitamos.
Conscientes de que el Espíritu es inmortal, pueden fortalecer nuestra fe y nuestra esperanza, que serán los cimientos que guiarán nuestra existencia. Sin embargo, tenemos mucho que perseverar para llegar a este estado de Espíritu, ante las dificultades que imponen nuestras imperfecciones.
Renunciar al egoísmo y al orgullo, dando paso a la humildad, son desafíos a superar en un principio. Sabiendo que este camino es arduo, buscad la práctica de la reforma íntima sin prisa, sino por etapas. Nunca haremos un gran progreso rápidamente. Es un proceso de pulido interior como cortar un diamante en un trabajo diario.
El molinillo del tiempo se encargará de cumplir esta tarea haciendo resplandecer nuestra luz, según Mateo 5-13: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos".
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En el Evangelio Según el Espiritismo, Capítulo V, Punto 12, encontramos: “Bienaventurados los que claman, porque ellos serán consolados”. (…) Por lo tanto, debes sentirte feliz de que Dios haya reducido tu deuda, permitiéndote pagarla ahora, lo que te garantizará tranquilidad en el futuro.
¿Cuántas veces bendicen la “medicina amarga” como instrumento para la recuperación de nuestra salud? El dolor se vuelve fugaz cuando vislumbramos el efecto que nos traerá la felicidad. Es en este caminar brevemente afligido que nos consolamos y seguimos adelante.
Nunca está de más recordar que estamos cosechando el fruto de la semilla que sembramos y que la elección depende totalmente de nosotros. Parafraseando a Guimarães Rosa, “Quien elige la búsqueda no puede negarse a cruzar”.
El libre albedrío nos permite distinguir el camino a seguir. La Divina Misericordia permite que nuestro propio juicio surja de la conciencia, que nos alerte de las iniquidades cometidas, por lo que el sufrimiento en la resignación redundará en la sublime elevación del alma. Si se entiende como castigo, la revuelta será motivo de su resurgimiento.
Tenemos también en el libro Estude e Viva, psicografía de Francisco Cândido Xavier y Waldo Vieira, de Espírito Emmanuel y André Luiz, en el Capítulo Resignación y Resistencia: “De hecho, la resignación debe ser estudiada para que la paciencia no traiga resultados contraproducentes. ”.
La resignación implica humildad, pero nunca debe ser un instrumento de acomodación. Continuar en la búsqueda de la superación sin importar los contratiempos es prueba de perseverancia y determinación para alcanzar el ideal. (La paciencia es el camino de toda sabiduría).
