La orfandad: la influencia de los padres negligentes

    La orfandad: la influencia de los padres negligentes
    Circula en los medios una noticia que curiosamente ha adquirido trascendencia. Se trata de un niño que, al visitar a una familia, entró en la habitación de uno de los residentes y quiso jugar con un muñequito que estaba allí. Luego, le informaron que no podía jugar con esa muñeca, ya que era una colección.

    Lo que me sorprendió fue la reacción de la madre, quien al recibir a la niña quejumbrosa les daba un tirón de orejas a quienes le decían que no, volviendo completamente irrazonable a la dueña de la muñeca. Como me sorprendió la reacción de la madre, decidí escribir este artículo.




    Lo que más he visto en centros comerciales, casas de amigos, supermercados, tiendas son niños sin educación. El padre y la madre tienen funciones: acoger, velar, proteger, enseñar, dar seguridad, promover la salud y poner límites: decir lo que se puede y lo que no se puede. Padres y madres ausentes decretan la orfandad de sus hijos.

    El niño tiene derecho a la educación, de lo contrario será violado. La verdadera educación disciplina a los niños, les enseña de esa manera a lidiar con las frustraciones, que es lo que más existe en la vida.

    ¿Qué tipo de adulto está criando esta madre? ¿Alguien que sepa respetar la propiedad? Difícilmente. Alguien que ve algo en una tienda, o un objeto de deseo en la mano de otra persona, ¿qué hará?

    ¡La disciplina es buena! Es lo que nos permite viajar con nuestros vehículos por las ciudades. Se necesita semáforo, necesito parar en rojo. Es fundamental que existan aceras y calles para delimitar quién transita por dónde.


    Si estos tiempos modernos derogan las leyes, las normas, los límites, la disciplina y la educación, seremos testigos de un tiempo histórico de caos.


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